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Thirst 8

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C8-VAMOS A DIVORCIARNOS. 

El aire en la oficina se espesó y Kate sintió el bolígrafo crujir entre sus dedos, la presión de su agarre amenazando con partirlo en 

dos. No eran celos, claro que no. Era indignación, pura y cortante como el filo de una navaja. 

¿Cómo se atrevía? ¿Cómo tenía la osadía de presentarse ahí con su amante, para pedirle que la separara legalmente? ¿Qué clase de 

juego enfermo era ese? 

Iba a hablar, decir algo… cuando el teléfono de Sienna sonó. 

-Cariño -canturreó ella, mirando la pantalla-, es mi manager. 

Le lanzó un beso en el aire y salió de la oficina y en cuanto la puerta se cerró, soltó el bolígrafo con un golpe seco y se reclinó en su 

silla. 

-No voy a tomar este caso. 

Grayson solo levantó las cejas, entrecerrando los ojos hasta que su mirada se convirtió en una línea peligrosa. 

-¿Qué dijiste? 

-Lo que 

escuchó, señor Maxwell. No voy a divorciar a tu amante. 

El soltó una risa baja, casi admirativa y se acomodó en su silla, los músculos de su torso tensos bajo el traje impecable. 

-¿Estas celosa? ¿Por eso no quieres tomar el caso de Sienna? 

Kate sintió el calor subirle por el cuello. 

-No estoy celosa. No tendría por qué estarlo. Al fin de cuentas, no somos nada más que un maldito papel. Sin embargo, hay límites, y me niego a ser la que busque la libertad de la mujer con la que me conviertes en una cornuda. 

Grayson la observó, impresionado. La Kate que recordaba había sido fuego contenido, miedo disfrazado de sumisión. Esta, en 

cambio, lo enfrentaba con el pecho erguido y la lengua afilada. 

Se levantó despacio, con la elegancia peligrosa de un depredador, ajustando el botón de su saco y empezó a rodear el escritorio. 

-¿Qué estás haciendo? -preguntó Kate, poniéndose nerviosa. 

Sus manos aterrizaron en los reposabrazos y su rostro ahora estaba tan cerca que podía distinguir las motas doradas en sus ojos 

azules. 

Exactamente el mismo azul de Oliver. 

Kate tragó, al mismo tiempo que su cuerpo reaccionaba sin su permiso. El calor le subió desde el abdomen hasta las mejillas. 

1/3 

El perfume de ella lo envolvía, haciendo que sus manos apretaran la silla, como si eso fuera suficiente para no perder el control. 

Entonces su mirada… se clavó en su boca roja, perfecta, tan igual a la que recordaba y acepto que la deseaba, igual que la primera 

vez: 

Pero no iba a demostrárselo, así que fue más duro y cruel de lo que ya era. Porque él estaba allí con una misión y no se iría hasta 

conseguirla. 

-Si te niegas-murmuró con una calma peligros-, hundiré a tu familia aún más. Los dejaré en la calle, Kate. Al punto de que tengan que pedir limosnas. 

Ella pasó de los nervios al enojo en un instante. Sus ojos se encendieron. 

-¿Eso es lo que sabes hacer, no? Amenazar. Destruir gente. 

Él se rio, y los hoyuelos en sus mejillas la traicionaron, acelerando su corazón. 

– 

-Cuando se tiene poder susurró él, inclinándose un poco más, se tiene todo. Hasta la capacidad de aplastar a quien se ponga 

en tu camino. 

Kate apretó los labios y luego se rio. 

-Haz lo que quieras. No me importa. 

Grayson parpadeó. No esperaba eso, al menos no esa respuesta tan… indiferente. 

-¿No te importa? 

-Nunca fui importante para ellos -dijo, sosteniendo su mirada-. Llevo años sin saber de mi familia. ¿Por qué me dolería si los 

hundes? 1 

Algo oscuro pasó por los ojos de Grayson y recordó a Reginald firmando aquel contrato. Entregándola como si fuera un activo más 

que necesitaba venderse. Como si ella no valiera nada. 2 

Su mandíbula se tensó y un nudo de rabia lo apretó por dentro. 

Entonces lo sintió. Una mano, suave y tibia, sobre su pecho, su respiración se cortó y bajó la mirada hacia esos dedos delicados, 

luego hacia ella. 

Y Kate, dándose cuenta de lo que había hecho, lo empujó y se apartó rápidamente. 

-Sin embargo… —dijo, recuperando el control- tengo un trato que proponerte. Uno que no vas a rechazar. 

Grayson la miró, con el deseo y la curiosidad chocando dentro de él. 

-Habla. 

2/3 

Tomaré el caso-dijo ella, sin dejar de mirarlo-Pero si consigo que ella se divorcie… tú me darás el mio. Ganare y túy yo 

vamos a divorciarnos. 4 

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