C18-¿SIGUES ENAMORADA DE ÉL?
C18-¿SIGUES ENAMORADA DE ÉL?
El silencio era una bomba a punto de estallar.
-No tenías derecho – siseó Kate con la indignación hirviendo dentro de ella-. A desvestirme y menos a quedarte en esta casa.
Grayson la miró sin pestañear y caminó hacia ella. Kate tragó, pero no retrocedíó. Aun así, sus ojos -traicioneros- bajaron un
segundo.
Pecho amplio, hombros anchos, abdomen definido y marcado. Cada músculo tenso bajo la piel. Grayson estaba esculpido como una maldita provocación. Y ese pantalón gris bajo, que apenas cubría lo necesario, no ayudaba en nada.
-Es mi casa -dijo él, frío como el acero.
Kate soltó una carcajada seca.
-Me la diste, ¿recuerdas?
-Pero aún la pago yo -replicó, alzando los hombros como si no le importara-. Cada cuenta. Cada gasto. Cada centavo que
respiras aquí… sigue siendo mío.
Ella rodó los ojos y estaba a punto de lanzarle una respuesta cargada de veneno, cuando la voz de Grayson cambió. Bajó el tono,
pero subió la temperatura.
—Igual que tu… anoche bebiste hasta perder el sentido… y dejaste que ese imbécil te tocara.
—¿Qué dijiste? —espetó.
—Estabas borracha, Kate -murmuró él, acercándose más-. Y ese tal Ethan… te miraba como si tuviera derecho a algo que no le
pertenece.
En otro momento hubiera pensado que estaba celoso, pero después de escucharlo hablar con su amante, le quedaba más
que Grayson Maxwell, solo era un desgraciado egocéntrico.
que
claro
-Bueno… te tengo noticias: ¡No es tu maldito problema! -gritó, harta, con las mejillas encendidas-. ¡No tienes derecho a
reprocharme, Grayson! ¡Así que mejor vístete y lárgate de mi casa!
Se giró para irse.
Pero Grayson la atrapó del brazo haciéndola tambalearse.
-Mientras estemos legalmente casados… -murmuró con los dientes apretados. No voy a permitir que me conviertas en un
cornudo.
Ella lo miró, furiosa, casi explotando de indignidad. Sus ojos destilaban rabia… y se soltó de golpe.
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CISSIQUES INAMORADA DE ELP
-¡Eres un cínico! -espetó, retrocediendo-. ¡¿Olvidaste que me pediste que divorciara a tu amante mientras aún estás casado conmigo?! ¡No tienes moral, Grayson! ¡No tienes nada!
Se dio la vuelta, con el corazón latiendo como un tambor en su pecho y caminó directo al baño y cerró de golpe.
Grayson se quedó ahí, con el pecho agitado y una erección evidente marcando el pantalón gris.
Bajó la mirada y gruñó.
-Tranquilo, vaquero. No va a haber acción. 4
Pero su cuerpo no entendía razones. Y su esposa… tampoco.
De repente golpearon la puerta, abrió y era uno de los sirvientes.
-Señor Maxwell… llegó esto para usted.
Le entregó un sobre sellado. Lo tomó sin decir palabra y cerró la puerta. Rompió el sello y sacó los documentos.
Y lo primero que vio fue el nombre:
ETHAN REED.
Sus ojos se clavaron en las primeras líneas.
Abogado, graduado con honores en Columbia. Actualmente trabajaba en una firma reconocida en Nueva York.
Y luego vinieron las fotos.
La primera: Kate y Ethan sentados en un banco del campus de la universidad. Ella con el cabello suelto, sonriendo y él mirándola
como si fuese su mundo.
La segunda: una fiesta universitaria. Ethan con la mano en su cintura, demasiado cerca para su gusto, mientras Kate llevaba un
vestido rojo, viéndose peligrosamente hermosa.
La tercera… lo mató.
Se estaban besando.
Comprobó las fechas y fue como una patada en el estómago, fue justo en el mismo periodo en que él y Kate se casaron.
Sintió cómo la sangre le hervía en las venas.
<<¿Por eso quieres divorciarte, Kate? ¿Por él?»
El recuerdo de Ethan vino a su mente, la forma en como estaba tan cerca, su boca a punto de besarla.
Entonces la puerta del baño se abrió y Kate apareció con el cabello húmedo y la piel fresca. Se veía descansada, pero no menos
desafiante.
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Era una maldita diosa. Y lo sabía.
-¿Sigues aquí? -preguntó seca y alzando una ceja-. ¿No te dije que te largaras?
Grayson levantó la mirada y fue hielo puro. Caminó hacia ella y sin decir una palabra, le lanzó las fotos a la cara.
Kate retrocedió un paso por el impacto, viendo las fotos caer esparcidas a sus pies y lo entendió todo.
-Anoche estabas con tu ex.
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Kate no parpadeó y aunque estaba nerviosa endureció la mirada.
-¿Y qué?
-¿Qué? -repitió él, con la rabia comenzando a vibrar en su garganta-. ¡Es tu maldito exnovio! ¡Y tú eres mi esposa!
-¡Por papel! Nada más -le escupió sin bajar la mirada-. Porque tú mismo dijiste que ese matrimonio no significaba nada.
Grayson bajó la voz, pero la tensión subió.
-¿Sigues enamorada de él? – Kate guardo silenció y eso lo empeoró todo. -¡Contesta! ¡¿Sigues enamorada de él?! 3.
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