Switch Mode

Por que 90

Por que 90

Capitulo 90 

Capítulo 90 

Celia se levantó, enfrentando la mirada de César. 

+25 BONUS 

-Carlos es mi hermano. Incluso si va a prisión, deseo que pueda pasar esos años a salvo. Solo pido justicia. ¿ Incluso esta petición es demasiado para ti? 

-¿Justicia? -César avanzó hacia ella, mirándola-. Fue un secuestro premeditado. Sin importar si haya causado daños físicos o no, un crimen es un crimen. ¿Hablas de justicia conmigo? 

-La ley permite reducción de pena sin víctimas físicas. ¿Pero tú permitirías que se la concedieran? 

La respuesta fue un hachazo sin vacilación. 

-No. 

El corazón de Celia se encogió por el rotundo rechazo y palideció. 

-Entonces, ¿no debería pedir justicia? 

-Podría haber secuestrado a cualquiera. Pero no a ella. 

Sus palabras, descaradamente parciales, destrozaron la última esperanza que Celia albergaba. 

Había creído en la razón. Pero, qué ingenua. Con el poder de la familia Herrera y la crueldad de César, ¿cómo era posible que él cumpliera sus deseos? 

-Escucha, no quiero que vuelvas a molestar a Sira por Carlos. No olvides que ella es la víctima. Nuestros asuntos no la conciernen -le advirtió. 

Cuando giró para irse, Celia rio con los ojos llenos de lágrimas. 

-¿Y yo no soy una víctima? 

¿Acaso lo que Sira le hizo no contaba cómo maldad? ¿Merecía ella todo ese sufrimiento? 

César se detuvo. Se volvió a mirarla, con una expresión descifrable. 

-César… No podrías… ¿tener compasión de mí? Solo esta vez… -su voz se quebró, 

Solo quería una oportunidad. Eso bastaría. 

La mirada impasible de César se posó en ella. 

-Celía, se lo debo. 

La puerta se cerró tras su salida. Celia permaneció inmóvil, ahogándose en la tristeza que conllevaban esas palabras. Aparentemente, para él, Sira siempre sería más importante que ella… 

El dolor en su pecho era tal que apenas podía respirar. Mucho después, Cella sourió con amargura. ¿Recordaría él que también tenía una deuda con ella? 

*** 

1/3 

Capitulo 90 

+25 BONUS 

Al salir del edificio, César subió al auto. Nicole colgó una llamada y se volvió a informarle con expresión tensa. 

-Jefe, Carlos aceptó la sentencia. El abogado le sugirió admitir culpa para reducir la pena, pero él lo rechazó rotundamente. 

Si Carlos admitía su delito, el abogado tendría maneras para reducir la sentencia a dos años de prisión. Sin embargo, el joven, tan terco como su hermana, se había negado a ceder. Simplemente, no quería obedecer a la influencia de César. 

-Si ansía la cárcel, que la disfrute -respondió César, abrochando los gemelos de sus puños. 

Nicole dudó. 

-Pero… ¿por qué no explicarle a la señorita Sánchez que ya está… 

-¿Te pago por hablar? -la interrumpió César, con sus dedos golpeando sobre el reloj-. ¿O debo asignarte más trabajo? 1 

Nicole quedó sin palabras. Ella apretó los puños en silencio, maldiciéndolo al “desgraciado” en su corazón. 

*** 

En la comisaría, Carlos fue arrojado a una celda con seis reclusos más. Al marcharse los guardias, un hombre 

tatuado se le acercó. 

-Novato… Te llamas Carlos Sánchez, ¿cierto? 

-¿Y tú quién eres? -él le devolvió la pregunta, pero se puso en alerta al ver la mirada malintencionada del 

hombre. 

La sonrisa que mostró el hombre dejó ver unos dientes amarillos. 

-Un jefe quiere que te… cuidemos. 

Carlos les advirtió, señalándolos. 

-¿Qué quieren hacer? ¿Quieren pelear? Mira, hay cámaras aquí. 

-¿Cámaras? -el tatuado rio, señalando el rincón. 

Carlo miró a donde señalaba. El punto rojo de vigilancia se había apagado… 

*** 

A la mañana siguiente, Celia apenas comió el desayuno y en seguida perdió el apetito. Margarita colocó un plato de fruta fresca frente a ella. 

-Señorita, lleva días sin apetito. ¿Preparo algo picante para que lo pruebe? 

Celia le sonrió. 

-Ojalá fueras mi mamá. Debe ser muy lindo tener a una mamá como tú. 

2/3 

Capitulo 90 

-Qué halago, señorita… 

-No es halago. Aunque solo cumples su trabajo, jamás olvidaré su bondad. 

Esas palabras le dieron pena a Margarita y la hizo sentirse triste. 

-Vaya, señorita, habla como si fuera una despedida… 

Celia bebió su sopa en silencio: porque lo era. 

El repentino timbre del celular cortó el momento bonito. Era una llamada de Rosa. 

+25 BONUS 

3/3 

Por que

Por que

Score 9.9
Status: Ongoing Type: Native Language: English
Por que

Comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset