Capítulo 8
La cachetada llegó tan repentinamente que Celia ni siquiera tuvo el tiempo de reaccionar. Rosa también se asustó por la escena.
Fabio, señalandola con el dedo, le gritó furioso.
-¿Quieres divorciarte? ¡Ni pensarlo! ¿Crees que cualquier mujer en el mundo puede casarse con César Herrera? ¡Debes agradecer a Dios por haberte dado esa buena suerte! ¡Apréciala!
¿Buena suerte? Claro, ella tuvo esa “buena suerte” porque había acompañado a César en sus días más difíciles, y lo sacó de la oscuridad arriesgando su propia vida cuando era pequeña. Por ese asunto, la familia Herrera le debía un favor.
Celia se echó a reír, con los ojos llenos de lágrimas por la amargura.
-Papá, es que no lo entiendo. También soy tu hija, pero ¿por qué solo te importa Carlos? Como siempre, hoy quieres verme por él, ¿no? ¿Para qué tantos rodeos inventando esa excusa de querer cenar conmigo?¡ Pudiste haberme dicho que quieres que le pida dinero a César! Total, Carlos es más importante para ustedes, y lo mío no vale nada, ¿cierto?
Fabio evitó su mirada por la culpa.
-Carlos es tu hermano menor. ¡Es normal que una hermana ayude a su hermano!
Celia trató de contener las lágrimas.
-Mantenerlo es su obligación como sus padres, no la mía.
-¡Celia Sánchez! -se enfureció Fabio, dispuesto a pegarle de nuevo.
Pero ella se le acercó, enfrentándose con él. 1
-¡Venga! ¡Hazlo!
Fabio temblaba de rabia, pero no se atrevió a hacerlo.
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-Fabio, ¡habla con calma! -Rosa reaccionó y se apresuró a apartarlo, luego se dirigió a Celia. — Celia, no discutas con tu papá. Es que Carlos se metió en problemas y ahora está detenido. Pensamos que, con los recursos de la familia Herrera, tal vez César podría sacarlo de ahí. 1
Celia se sintió decepcionada. Hasta este mismo segundo, lo más importante para ellos seguía siendo Carlos, y no se preocupaban nada por su situación.
-No tengo nada que hacer–los rechazó.
-Celia, Carlos es tu hermano.
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Capítulo 8
Por fin, ella estalló de ira y toda su defensa se vino abajo.
+15 BONUS
-¡César me traicionó y ha tenido un hijo bastardo! ¡Me están obligando a cederles el espacio! ¿Cómo es posible que ahora vaya a pedirle ayuda?
Sus padres se quedaron boquiabiertos. Antes de que reaccionaran, Celia se fue cerrando la puerta de un golpe.
**
Al atardecer, cuando terminó el trabajo, César fue a la clínica en su auto. Cuando pasó por la oficina de Celia, se detuvo un momento. En realidad, vino aquí para preguntarle si ella le había dicho algo a la
abuela, nada más.
-Señor Herrera, ¿quiere ver a Celia? -le preguntó una enfermera que pasaba por allí, muy sorprendida.
César le respondió con calma:
-Tengo algo que decirle.
-Se fue de trabajo temprano hoy.
César se sorprendió e intentó confirmarlo en voz baja:
-¿Se ha ido?
A él le parecía bastante extraño, porque ella nunca salía temprano.
-¡César! -lo llamó Sira, corriendo hacia él con una sonrisa radiante-. ¿Ya terminaste la reunión?
Él le respondió con un monosílabo:
-Sí.
Sira miró hacia la oficina de Celia, que tenía la puerta cerrada, y tomó el brazo del joven.
-¿Viniste a buscarme? Mi oficina no está aquí.
La enfermera se sintió un poco avergonzada, preguntándose si se había equivocado con la intención de la visita de César. ¿Acaso había venido a buscar a Sira en vez de a Celia?
César no le explicó nada a Sira, pero retiró su brazo.
-¿Aún no terminas? -le preguntó.
-Aún no.
Mientras hablaba, Sira se pegaba aún más a él. A los ojos ajenos, parecían una pareja en una relación
dulce.
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Capitulo 8
-Por cierto, ¿me acompañarás a recoger a Óscar?
+15 BONUS
Justo cuando él iba a responderle, sonó su celular. Al ver el nombre “Celia” en la pantalla, dejó escapar una leve sonrisa de satisfacción. Se hizo a un lado para contestar la llamada. 1
-¿Lo has decidido? ¿Vas a disculparte?
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