CapÃtulo 432Â
Tras ser separada a la fuerza, la abogada pareció quedarse pasmada por lo sucedido. El personal de custodia, al ver las marcas de arañazos en su cuello, llamó al médico tratante de Sira para preguntarle sobre su condición.Â
El médico tratante habÃa oÃdo hablar de los intentos de suicidio de Sira. Ahora, su incidente de agresión lo dejó en una posición difÃcil.Â
-Durante su estancia en nuestra clÃnica, su recuperación fÃsica ha sido ideal. Pero es la primera vez que vemos su comportamiento agresivo…Â
El personal de custodia reflexionó sobre las palabras del médico. Estaba a punto de informar a sus superiores sobre el incidente de agresión intencional de Sira cuando la abogada se le acercó.Â
-Ella tiene tendencias suicidas y ahora conducta agresiva. Tal vez esté relacionado con sus problemas psicológicos o psiquiátricos. DeberÃan enviarla a una evaluación psiquiátrica para ver si existe algún tipo deÂ
trastorno mental.Â
El personal de custodia meditó con cautela.Â
-Necesito informar a mis superiores antes de tomar una decisión.Â
Ana, que estaba entre la multitud, presenció todo lo ocurrido. Se marchó sigilosamente cuando la multitud se dispersó y corrió a la oficina de Celia.Â
-¡Celia!Â
Celia, que estaba revisando documentos, levantó la cabeza al escucharla. Ana, jadeando, llegó hasta su escritorio.Â
-¡Sira atacó a su abogada! ¡Ahora quieren que se le haga una evaluación psiquiátrica!Â
Celia se sorprendió. Pero pronto recuperó la calma.Â
-No puede ser una coincidencia.Â
-¡Tienes razón! Apenas el personal judicial se hizo cargo de su custodia, ella atacó a la abogada… —comentó Ana con una expresión seria-. ¡Definitivamente estaba fingiendo!Â
-Incluso si está fingiendo, no podrá evadir la evaluación. A menos que,..Â
Celia entrecerró los ojos, aunque ya tenÃa una respuesta en mente.Â
-¿Entonces vamos a quedarnos de brazos cruzados ante la situación?Â
Celia guardó silencio. Si alguien dentro del departamento judicial le ayudara a manipular los resultados de su evaluación, entonces, para poder impedirlo, ella necesitarÃa encontrar la manera de verificar la autenticidad de dichos resultados. Sin embargo, no conocÃa a nadie en el departamento judicial…Â
Tras meditarlo, Celia tomó el celular y marcó el número de la señora Sanz.Â
***Â
Al dÃa siguiente, Sira fue llevada al departamento judicial para la evaluación. Los resultados estarÃan listos enÂ
dos dÃas.Â
Mientras la devolvÃan bajo custodia al hospital, Sira se cruzó con Celia en la planta baja. En ese momento, la expresión de Sira era significativa. Celia, impasible, desvió la mirada y pasó junto a ella. Por un instante, pareció oÃr la voz de Sira:Â
-Nunca podrás vencerme.Â
Celia se detuvo y miró hacia la figura que ya era cubierta por los demás. Observó cómo desaparecÃan de su vista, y una leve sonrisa apareció en su cara: esto era solo el comienzo.Â
***Â
Mientras tanto, Beatriz se reunió con la abogada en el estacionamiento. Le entregó una tarjeta bancaria.Â
-Necesito que el resultado de la evaluación sea el que yo quiero -ordenó ella.Â
La abogada tomó la tarjeta y le preguntó:Â
-¿Por qué se arriesga tanto para protegerla?Â
La expresión de Beatriz se oscureció.Â
—TodavÃa es útil para mÃ.Â
-Haré lo que pueda -dijo la abogada y luego bajó del auto. Tras asegurarse de que no habÃa nadie alrededor, se marchó rápidamente.Â
Beatriz terminó de fumar un cigarrillo dentro del auto, arrojó la colilla por la ventanilla y se alejó conduciendo.Â
En ese momento, en un auto no muy lejos, la ventanilla del conductor se bajó lentamente. Nicole tomó fotos del encuentro entre la abogada y Beatriz y se las envió a César.Â
En el restaurante, César cenaba con un alto funcionario del departamento judicial. Amplió las fotos que Nicole le habÃa enviado y las colocó sobre la mesa. Cuando vio a la abogada, el funcionario la reconoció.Â
-Ah, la conozco. Es la abogada Candela Silva. Ha estado a cargo de muchos casos penales.Â
César golpeaba la mesa suavemente con los dedos.Â
-¿También está a cargo del caso de Sira Núñez?Â
-En un principio no, pero el abogado que habÃa sido asignado a ese caso tomó otro más importante. Como no tenÃa suficiente tiempo, se lo pasó a ella -explicó el funcionario, y luego miró a César-. Señor Herrera, ¿hay algo relacionado con el caso en lo que podamos ayudarle?Â
César bebió un sorbo de té con calma y dijo con voz serena:Â
-SÃ, por favor.Â
Dejó la taza sobre la mesa con firmeza antes de continuar:Â
-El resultado de la evaluación psiquiátrica de Sira Núñez, sea real o no, tiene que ser normal.Â

 
	 
						
					 
		 
		 
		 
		