CapÃtulo 411Â
Sira se impactentóÂ
+25 BONUSÂ
-¿De qué están hablando? ¿Acaso las conozco?Â
Al oÃr esto, la mujer de cabello corto, que parecÃa ser la lÃder, se enfadó. Se levantó y se acercó a bira in medier prés d una cachetada. La fuerza del golpe hizo que Sira cayera al suelo. Cuando reaccionó, ya estaba rodeada por las tres merÂ
La mujer de cabello corto le agarró el pelo con fuerza, obligándola a mirarla.Â
-Abre los ojos y mira dónde estás. ¿De qué te sirve esa arrogancia?Â
-No, amigas… Creo que se equivocaron de persona.Â
Sira, al notar la hostilidad de las tres mujeres, cambió de actitud.Â
–Â
-No nos equivocamos. Tú eres… ¿cómo te llamas? ¡Ah, sÃ! Sira Núñez, ¿no? -La mujer de cabello corto le agarro la mandibul -¿Necesito recordarte las cosas que hiciste?Â
Sira estremeció de miedo y empujó bruscamente a la mujer.Â
-¡No sé de qué están hablando! ¡Ahora todas estamos en una comisarÃa! Si se atreven a lastimarme, tampoco les trá blesÂ
Otra mujer un poco regordeta se cruzó de brazos.Â
-Ah, ¿asà que sabes que estás en la comisarÃa? Pero tú también hiciste lo mismo antes, ¿no?Â
-¿Qué quieren decir…? -Sira se tensó de inmediato.Â
La mujer de cabello corto no le dio tiempo para pensar y le dio una patada. Sira suplicó entre gemidos, encogiéndose haja golpes y patadas de las tres. La cámara en la esquina, sin que nadie supiera cuándo, ya habÃa sido apagada. No tue hasta que Sifar estuvo al borde de la inconsciencia que el oficial de guardia acudió finalmente.Â
-¿¡Qué están haciendo!?Â
Sira yacÃa en el suelo, con un dolor intenso en todo el cuerpo. Un zumbido agudo llenaba sus oÃdos, impidiéndole escuchar lo que sucedÃa a su alrededor. Solo sabÃa lo mucho que le dolÃa, como si le hubieran roto varios huesos, y un liquido caliente le carria por la sien y la mejilla.Â
En ese momento, de repente recordó a una persona: Carlos Sánchez.Â
***Â
Después de salir de la comisarÃa, Celia acudió a la invitación de la señora Juárez. Estaba jugando las cartas con la selera ar y la señora Sanz.Â
Era la primera vez que Celia jugaba. La señora Juárez le explicó una vez y, después de un par de rondas, ella ya habÃa aprendado las reglas e iba ganando bastante dinero.Â
La señora Sanz bromeó:Â
-¡Es suerte de principiantes! Si jugáramos por más dinero, esta noche probablemente lo perderÃamos todo.Â
La señora Romero descartó unas cartas y preguntó de nuevo con incredulidad.Â
-Celia, ¿en serio es tu primera vez jugando?Â
Ella sonrió con inocencia.Â
-si…Â
–Â
Capitulo 411Â
+25 BONUSÂ
– Tienes tanta suerte… La primera vez que mi hijo jugó a las cartas por mÃ, perdió hasta quedarse sin un centaurs. She porsjjé muchÃsimo.Â
Su hijo es Dylan, ¿cierto?-Celia la miró.Â
La señora Romero sintió esperanza de ganar y se alegró.Â
-SÃ, está en la misma clÃnica que tú. Qué lástÃma, aún es un joven inmaduro. Si fuera tan responsable como Nicates, no me preocuparÃa tanto.Â
La señora Juárez rio al oÃrlo.Â
Dylan todavÃa no tiene treinta años. A su edad, es normal ser inmaduro.Â
Las tres señoras comenzaron a hablar de sus hijos, y CelÃa no pudo intervenir en la conversación. Esta vez la señora oinez gand Quizás porque las otras dos señoras habÃan perdido demasiado, encontraron una excusa y terminaron el juego.Â
Después de que se fueron, la señora Juárez pidió que les sirvieran un poco de postre. Cuando la empleada se retino, de sepente preguntó a Celia:Â
-¿Esa Beatriz todavÃa te está molestando?Â
Celia se sorprendió antes de negar con la cabeza.Â
– No.Â
Me alegro. La señora Juárez dejó la taza-. Es mejor que te cuides de ella. He oÃdo que Mario Quiroga y su al paÃs.Â
Celia captó el mensaje implÃcito.Â
-¿Ella tiene alguna relación con la familia Quiroga?Â
Eso no lo sé. Solo sé que probablemente tuvo algo con Mario. De lo contrario, él no se habrÃa divorciado por ellaÂ
CelÃa bajó la mirada. Dudó un buen rato antes de hablar de nuevo.Â
-Señora Juárez, ¿tiene más detalles de Mario Quiroga?Â
La señora Juárez reflexionó un momento.Â
-No lo he visto muchas veces, pero mi esposo lo ha mencionado. Dice que es una persona astuta, muy hábil en el trato social De hecho, gracias a sus conexiones en los cÃrculos más pudientes está en esa posición. Pero, aunque suene extraño, renunció a ese trabajo tan codiciado sin más. Incluso cortó todos los lazos con sus antiguos circulos.Â
Celia guardó silencio. En su mente aún resonaba la imagen de ese hombre con impermeable y cara cubierta. En ese momento, sonó su celular y lo contestó. Ana le dijo:Â
-¡Sira fue traÃda a la UCI por la gente de la comisarÃa!Â
Capitulo 412Â