Los altos cargos miraron primero a Celia, luego volvieron su atención hacia Antonio, esperando su postura. Sira se adelantó para tomar la iniciativa.Â
-¿Acaso no piensan investigar solo porque ella es estudiante del señor Antonio Gómez?Â
Las caras de los altos cargos se tensaron. Sira señalaba abiertamente que estaban favoreciendo a Antonio, lo cual era, sin duda, un desafÃo a su autoridad.Â
Sira, en este punto, ya no se contenÃa. Alzó la barbilla hacia Celia con una expresión desafiante.Â
-Tú fuiste la responsable de los resultados de la investigación. Ahora que hay un problema, debes darles una explicación a todos.Â
-No puedo garantizar que el resultado que les presente sea el que deseas ver–respondió Celia con calma.Â
Sira se tensó un poco. Antonio dio un sorbo de su café sin apuro y habló en tono sereno:Â
–Le confié el proyecto a mi estudiante porque confÃo en ella. Celia no es tan tonta como para destruir su propio futuro.Â
Al ver la confianza de Antonio, la cara de Sira se oscureció un poco.Â
-¿Y cómo puede estar tan seguro de que ella no lo traicionará? -le refutó.Â
-Conozco a mi estudiante mejor que usted.Â
Antonio dejó la taza sobre la mesa. Sira apretó los puños, mostrando una profunda indignación: ¿por qué Celia conseguÃa tan fácilmente su confianza, mientras ella, a pesar de todos sus esfuerzos, seguÃa siendo una mera pieza en el tablero de otros?Â
-Sira, siempre usas la misma estrategia… ¿No te cansas? -Celia se volvió hacia ella.Â
Sira se sorprendió, ocultando el pánico en sus ojos.Â
—¿Estás tan desesperada como para echarme la culpa? ¡Soy inocente!Â
-¿Eres inocente? -Celia ni siquiera se molestó en hablarle con más cortesÃa-. Esteban, por favor, dÃgales laÂ
verdad.Â
Nerviosa, Sira apretó las manos. Esteban se levantó lentamente y relató lo que habÃa sucedido ese dÃa, punto por punto. Todos entendieron la situación: Sira también habÃa tenido acceso al informe de investigación.Â
-¿Es una trampa que Sira preparó para Celia?Â
-Ella es alumna del doctor Adler, ¿no? ¿Cómo pudo hacer algo asÃ?Â
-¿Alumna? El doctor Adler nunca lo anunció públicamente. Fue solo su palabra.Â
Sira palidecÃa cada vez más, pero no perdió la compostura. Cuando robó el informe, ya tenÃa planeado culpar a Celia.Â
Capitulo 407Â
+25 BONUSÂ
—¡Qué ridÃculo! SÃ, ese dÃa le hice un favor a Esteban porque pensé que mi profesor estarÃa allà y yo debÃa buscarlo. Además, no fui la única persona que vio el informe, ¿no es asÃ?Â
Después de hablar, miró a los altos cargos con expresión de vÃctima.Â
-¡Esteban es el asistente de Celia! Si conspiraran para culparme inventando semejante historia, ¡les serÃa pan comido!Â
Celia sonrió y sacó un informe de su bolso.Â
-El informe que tengo en mis manos es el verdadero informe de investigación.Â
Sira se quedó pasmada, mirando el informe en manos de Celia con incredulidad. Los altos cargos también se sorprendieron.Â
-El verdadero informe… Entonces, ¿el que publicó el grupo Nolan…?Â
-Son datos inválidos -aclaró Celia.Â
-¡Eso es imposible! -exclamó Sira.Â
Se levantó de un salto y se abalanzó para arrebatar el informe. Celia retrocedió, esquivándola.Â
-Si es real o no, pronto lo sabrán. -Celia entregó el informe a Esteban, quien se lo pasó a Antonio.Â
Antonio revisó el informe minuciosamente. Asintió satisfecho y se lo entregó a los altos cargos.Â
-Pueden revisarlo también.Â
Mientras los altos cargos recibÃan el informe, Sira comenzó a temblar levemente. Negaba repetidamente.Â
-¡Seguro que están confabulados! ¡Ese informe debe ser falso!Â
Un alto cargo la reprendió furioso:Â
-Si es falso o no, ¡nosotros podemos discernirlo! ¡Pero usted! ¡No ha hecho más que crear pleitos! Según veo, ¡ usted definitivamente está en medio de todo este asunto!Â
Capitulo 408Â