CapÃtulo 403Â
Por la noche, las luces centelleantes brillaban parpadeando en la oscuridad a través de la ventana. Celia y Estrella bebÃan y charlaban en la sala, pero esta última ya comenzaba a mostrarse ebria, apoyando su brazo sobre el hombro de Celia.Â
-Amiga, hay una pregunta que siempre he querido hacerte -dijo.Â
Celia parpadeó, confundida.Â
-¿De qué se trata?Â
-¿Te gusta el doctor Gómez o no?Â
Al ver la expresión seria de Estrella, Celia dudó un momento. Iba a responder cuando Estrella la señaló.Â
-Tienes que decir la verdad. No me mientas.Â
Celia suspiró y apartó su mano. Dio un sorbo del vino antes de responderle:Â
—Ya conoces mi situación. Lo conocà hace solo unos meses. ¡Ni siquiera me atrevo a pensar en ese tema!Â
Estrella se le acercó, mirándola.Â
-¿Ni siquiera sientes un poco de atracción?Â
Celia bebió otro sorbo.Â
-Pues… sÃ. Pero… aún no he llegado a sentir eso.Â
Al menos, la primera impresión que ella tenÃa sobre Nicolás no era mala. Él era sobresaliente. Si lo hubiera conocido antes, quizás ella se habrÃa enamorado de él.Â
Sin embargo, el amor era algo agotador. Después de todo lo que habÃa pasado, ella ni siquiera estaba segura si aún sentÃa algo por César. Si tuviera que aceptar un nuevo romance en ese momento, no podrÃa.Â
Estrella se recostó en el sofá y suspiró.Â
-¿Sabes por qué me gusta?Â
-¿Porque es guapo? -sonrió Celia.Â
-¡No soy tan superficial! -Estrella se enderezó-. Es solo que siento que somos algo parecidos. Por dentro, ambos somos personas solitarias que anhelan ser comprendidas. Ya conoces mi situación. Aunque mi familia tiene dinero, no soy la favorita de mis padres.Â
—¿Tienes una hermana mayor? -preguntó Celia.Â
Ella sonrió con amargura.Â
—SÃ. Cuando tenÃa diez años, nuestra familia estaba de vacaciones en el extranjero. Cuando hacÃamos rafting, por accidente caÃmos al agua. Ella pudo haberse salvado, pero en su lugar eligió agarrarme a mÃ, que no sabÃa nadar y era una carga. Al final, yo me salvé, pero ella no lo logró…Â
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Capitulo 403Â
La mirada de Celia se posó en los dos anillos que colgaban del cuello de Estrella.Â
-Estos anillos… representan a tu hermana y a ti, ¿cierto?Â
Estrella asintió, acariciando los anillos.Â
+25 BONUSÂ
-De hecho, Estrella es el nombre de mi hermana. Mi nombre en realidad es Luna Ruiz. Después de su muerte, mis padres siempre me culpaban, asà que adopté su nombre. Siempre pienso que, si quien hubiera muerto fuera yo, quizás mis padres ni siquiera estarÃan tristes…Â
-No pienses asÃ. -Celia cubrió su mano con la suya, calmándola-. Debes entender que tu hermana sacrificó su propia vida a cambio de la tuya, lo que demuestra lo mucho que te amaba. Si aún estuviera con vida, nunca te dejarÃa culparte.Â
Después de decir esto, Celia la giró suavemente para mirarla.Â
-Lo que piensen tus padres no importa. Lo importante es lo que tú piensas.Â
Estrella quedó algo aturdida. Tras un largo rato, volvió en sÃ.Â
-Lo que yo pienso… A mà me gustarÃa volver a ser yo misma…Â
-Entonces, sé tú misma.Â
Con el aliento de Celia, Estrella se relajó por completo. Sonrió y chocó su copa con la de Celia.Â
-¡Tienes razón! De ahora en adelante, ¡usaré mi propio nombre!Â
***Â
A altas horas de la noche, Luna ya se habÃa quedado dormida en el sofá. Celia no estaba tan ebria. Antes de irse, la cubrió con una manta y se llevó la basura de la mesa.Â
Cuando llegó al hotel, ya era la una de la madrugada. Pensó que a esa hora César ya se habrÃa quedado dormido, pero apenas entró sigilosamente en su habitación y encendió la luz, el hombre parado detrás de ella la sobresaltó. Al volver en sÃ, se quejó:Â
-¿Estás loco? ¿Te quedas aquà sin hacer ningún ruido a estas horas de la noche?Â
-SÃ, estoy loco–dijo él con calma.Â
Celia se quedó sin palabras. Lo empujó hacia la puerta.Â
-¡Me voy a dormir! ¡Sal de aquÃ!Â
Él le agarró la muñeca con brusquedad y la empujó contra la pared. Se acercó tanto que sus cuerpos quedaron casi pegados. Al percibir el olor a alcohol en ella, preguntó:Â
-¿Bebiste?Â
-¿Y a ti qué te importa?Â
Celia intentó empujarlo, pero no pudo. Él bajó la cabeza y se disculpó:Â
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Capitulo 403Â
-Hoy estuve de mal humor. No debà gritarte. Lo siento.Â