El dijo que ella era despiadada…Â
La mirada de Celia se oscureció, clavándose en los ojos de César con calma.Â
-¿Soy despiadada? Ni siquiera soy la mitad de cruel de lo que tú fuiste conmigo en el pasado.Â
Él ya habÃa anticipado su respuesta…Â
-Si me odias tanto… ahora te quedas a mi lado solo por la promesa que mi madre te hizo, ¿cierto?Â
Ella guardó silencio. ¿El ya sabÃa lo que Marta le habÃa prometido?Â
César vio cada cambio en su expresión. La evasión en sus ojos solo confirmaba que él habÃa acertado. Se sentó a un lado, apoyando la frente en su mano. Las emociones se acumulaban en su pecho, pero las contuvo a la fuerza.Â
-Ya puedes irte —dijo.Â
Celia no se movió. De pronto, él le gritó:Â
-¡Vete!Â
Ella se sobresaltó por su arrebato, pero no dijo nada. Abrió la puerta y bajó del auto.Â
César extendió la mano para detenerla, pero no la alcanzó. Al verla alejarse, una pesadez se apoderó de su pecho.Â
***Â
Celia no regresó al hotel. Tomó un taxi y fue al apartamento de Estrella. Cuando Estrella le abrió la puerta, no pudo evitar bromear:Â
-Doctora Sánchez, ¿algún dÃa no tendrá otro lugar a dónde ir?Â
Ella entró y también se rio de sà misma.Â
-Uf… es que ya es imposible que regrese a mi propia casa…Â
No querÃa volver al hotel. Si regresaba a JardÃn Rosal y se encontraba con Nicolás, se sentirÃa muy avergonzada. Sin saber dónde ir por el momento, solo podÃa refugiarse en casa de Estrella para encontrar un poco de paz.Â
-Para mà es perfecto, Ana tiene turno noche hoy y me aburrÃa. -Estrella sacó una botella de vino tinto-. ¿Me acompañas a tomar un par de copas?Â
Celia asintió.Â
-Ok.Â
***Â
VÃctor recibió una llamada de su secretario Jaime y de inmediato regresó al hotel. Cuando llegó, encontró a César recostado en la cama, tosiendo sangre. La palidez de su cara mostraba un estado de enfermedad.Â
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Capitulo 402Â
+25 BONUSÂ
¿Por qué llegó a ese estado? -preguntó con preocupación.Â
El médico que hablaba con Jaime se volvió hacia él con expresión de impotencia.Â
Por lo que veo, ha vuelto a fumar estos últimos dÃas. El tabaco es muy irritante para los pacientes con cáncer de pulmón. Si sigue asÃ, su condición solo empeorará.Â
VÃctor arrugó el entrecejo.Â
-Estaré atento.Â
Le pidió a Jaime que acompañara al médico a la salida. El chofer y el guardaespaldas también intentaron retirarse, pero él los detuvo para interrogarlos.Â
-¿Qué demonios ocurrió en realidad?Â
-No… no lo sé–tartamudeó el choferÂ
-Estuviste con él hoy. ¿Cómo es que no sabes lo que sucedió? -VÃctor mostraba descontento, creyendo que el chofer ocultaba algo a propósito.Â
Justo cuando el chofer se iba a explicar, César lo interrumpió.Â
-Él no lo sabe. Papá, no lo presiones.Â
El chofer le lanzó una mirada de agradecimiento y salió de la habitación con el guardaespaldas.Â
VÃctor miró a César y puso las manos en las caderas, conteniendo su furia.Â
-¿Olvidaste lo que le prometiste a tu mamá? Sabes perfectamente cuál es tu condición…Â
-Estoy bien.Â
-¡Estás tosiendo sangre y dices que estás bien!Â
Apenas terminó de hablar, VÃctor pareció recordar algo. Se volvió hacia él y le preguntó:Â
-¿Fue por Celia?Â
-No tiene nada que ver con ella.Â
Al ver que lo negaba, VÃctor caminaba de un lado a otro, inquieto.Â
-Si no es por ella, ¿entonces cuál es la razón? César Herrera, ¿¡cuándo te convertiste en esto!?Â
Su hijo, del que siempre se habÃa enorgullecido, ¡estaba reducido a este estado por una mujer! Como su padre, no estaba dispuesto a permitirlo.Â
César se masajeó la cabeza, exhausto.Â
-No te he mentido. No tiene nada que ver con ella.Â
+Â
—¡Más te vale! —VÃctor salió golpeando la puerta y le ordenó a Jaime, que estaba afuera—: ¡VigÃlenlo! Que noÂ
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Capitulo 402Â
vuelva a tocar ni un solo cigarrillo.Â
Al escuchar el alboroto afuera, César miró por la ventana y su mirada se ensombreció.Â