Sira llevó el archivo a la base de datos y lo entregó al encargado, quien al verla le dijo:Â
-¿No era Esteban quien debÃa traerlo?Â
– Esteban tenÃa algo que hacer, me pidió que lo trajera por él. -Sira sonrió y preguntó-: ¿Está el doctor Adler? Vine a buscarlo.Â
-No ha estado estos dos dÃas.Â
Al ver que no sospechaba nada, Sira fingió comprensión:Â
-Ya veo…Â
Su mirada pasó por el personal ocupado alrededor, una sonrisa frÃa se dibujó en sus labios y se dio la vuelta para salir de la base de datos.Â
***Â
En la clÃnica, Celia acababa de salir de cirugÃa y conversaba con los familiares del paciente en el pasillo, dando instrucciones sobre cuidados importantes. Después de que los familiares regresaron a la habitación, sacó su celular para revisar mensajes. Era un mensaje de texto de Esteban.Â
Cuando regresaba a su oficina cuando pasó por la puerta de la oficina de Nicolás y escuchó la voz de la señoraÂ
Gómez:Â
-De cualquier forma, Celia es la nuera de los Herrera. No estarás interesado en una mujer casada, ¿o sÃ?Â
Celia se detuvo en seco, quedándose en la puerta.Â
Nicolás dejó los materiales que tenÃa en las manos:Â
-A quién me guste no necesita la aprobación de los Gómez.Â
-Puedes gustar de quién sea, los Gómez no se mete, pero Celia no. -Adela insistió con urgencia-. Nosotros, la familia Gómez podemos aceptar una nuera de antecedentes limpios, pero Celia ha estado casada, y además…Â
Ella se cortó, tragándose el resto de la frase, y cambió de tema:Â
-Tu papá definitivamente no estará de acuerdo, ¿acaso no serÃa motivo de burla?Â
Nicolás levantó los párpados:Â
-Usted tuvo un romance con el padre de César en el pasado, es normal que mi padre se preocupe.Â
Adela replicó:Â
-¡Estoy hablando de tu futuro matrimonial!Â
Nicolás no quiso seguir escuchando y la despachó:Â
-Tengo que trabajar en un momento, mejor regrese.Â
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Capitulo 400Â
+25 BONUSÂ
Celia estaba un poco aturdida parada en la puerta y apretó los labios. Al escuchar movimiento tras la puerta, reaccionó y se fue rápidamente.Â
Al regresar a su oficina, se sentó distraÃdamente, las palabras que habÃa escuchado resonaban en su mente. ¿ Nicolás tenÃa sentimientos por ella? Eso era poca probable… Tal vez la señora Gómez solo habÃa malinterpretado, ¿no?Â
Por otro lado, en el hotel, Sira seguÃa a un guardaespaldas extranjero y llegó a la piscina al aire libre en la azotea. Sergio habÃa reservado todo el lugar, dentro y fuera habÃa solo su gente.Â
La mitad de las personas que empleaba eran extranjeros.Â
Uno de los guardaespaldas se acercó a Sergio y en inglés le dijo:Â
-Boss, traje a la persona.Â
Sergio tenÃa medio cuerpo sumergido en el agua, el pecho desnudo mostraba medio tatuaje, era un diseño de sol. MantenÃa la cabeza echada hacia atrás apoyada en el borde de la piscina, el brazo sobre la orilla:Â
-Bastante puntual.Â
Sira se detuvo en la orilla, sacó de su bolso el informe que habÃa vuelto a copiar y se lo entregó.Â
Justo cuando él extendió la mano para tomarlo, Sira de repente lo retiró.Â
Sergio sonrió sin que llegara a sus ojos y retiró la mano:Â
-Esto es…Â
-Puedo darte el informe, pero tienes que aceptar una condición.Â
Sergio guardó silencio por unos segundos y de repente se echó a reÃr, saliendo del agua. Un guardaespaldas se acercó a ponerle una bata. Él la miraba con ojos siniestros:Â
-¿Qué condición?Â
Sira respiró profundamente:Â
-Mientras me ayudes a deshacerme de Celia, de ahora en adelante te obedeceré absolutamente.Â
-Celia. -Sergio pronunció ese nombre, caminó detrás de ella y se detuvo-. ¿Ella es la esposa del matrimonio secreto de César?Â
-¡Es ella!Â
Sergio se burló, se dio la vuelta, su mirada frÃa cayó sobre su rostro:Â
-¿Me crees acaso pendejo?Â
Sira se tensó.Â
Sergio puso su mano alrededor de su cuello:Â
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Capitulo 400Â
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Acabo de regresar al paÃs, pero no estoy tan desinformado como para no saber lo que pasa aquÃ. Sin mencionar que ella es la esposa de César, también es la señorita que los Rojas recuperaron. Quieres que la elimine por ti, ¿ cómo puedo garantizar que no irás a delatarme?Â
Sira apenas podÃa respirar y su cara se puso roja:Â
-No… no te delataré… créeme…Â
Sergio la soltó.Â
Sira se deslizó al suelo de inmediato, sus hombros temblaban mientras respiraba con fuerza.Â
Sergio se dirigió a una silla plegable y se sentó. Un guardaespaldas le sirvió vino:Â
-Has estado conmigo por siete años, ¿crees que no te conozco? En aquel entonces también dijiste que no me traicionarÃas, pero ¿qué pasó después? Huiste.Â
Sira palideció, mordió su labio sin atreverse a responder.Â
Solo porque no podÃa soportar ese tipo de tortura.Â
-¡No te traicionaré de nuevo, créeme! -Ella acarició su mano derecha que aún estaba débil-. César arruinó mi mano, jahora lo único que quiero es verlo sufrir!Â
Capitulo 401Â
CapÃtulo 401Â