Capitulo 348Â
CapÃtulo 348Â
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Al ver a su hijo, que siempre era tan orgulloso, tan afligido por una mujer, Marta sintió un nudo en su pecho. ¡No permitirÃa que su hijo arriesgara su vida por Celia una vez más!Â
Mientras tanto, RocÃo regresó a casa con el semblante sombrÃo. Macarena, al ver su expresión, le preguntó:Â
-Fuiste a visitar a la señorita Rojas, ¿no?Â
-SÃ. – RocÃo se dejó caer en el sofá y cruzó los brazos. ¡Esa mujer es una lunática!Â
Ella se ajustó el chal sobre los hombros y se le acercó.Â
-¿Qué quieres decir con eso?Â
RocÃo se levantó del sofá y se acercó a ella.Â
-Mamá, ¿sabes qué? Esa supuesta señorita Rojas no solo es arrogante e ignorante, sino que además es estúpida. No solo usó una vestimenta vulgar; total, ¡en ninguna parte de ella se parece a una joven de alta sociedad!Â
-No creció en la familia Rojas. Es normal que sea asà —dijo su mamá, sin darle mucha importancia.Â
Mientras que ella llevara el apellido Rojas y fuera reconocida por la familia, por más ignorante que fuera, los Rojas estarÃan dispuestos a respaldarla.Â
RocÃo la miró y siguió quejándose.Â
-¡Pero tiene delirios! ¡Hasta pretende suplantar a la salvadora de César! La abuela y la tÃa Marta saben Celia. ¿Y ella se atreve a decir que fue ella? ¡Qué descaro!Â
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fueÂ
Macarena se sorprendió. Pensó que la ignorancia de la señorita Rojas se limitaba a la falta de educación… ¿Pero delirios? ¿Esa joven era tan… deficiente? Pero, a ella no le importaba.Â
-RocÃo, sea como sea, es la hija biológica de los Rojas. Por más deficiente que sea, será tu cuñada en el futuro.Â
-¿Y de verdad quieren que esa tonta se case con César?Â
La expresión de Macarena se ensombreció.Â
-César es César, y tú eres tú. No son hijos de la misma madre. ¿Qué te importa a ti si él se casa con una estúpida? Además, jes mejor que la señorita Rojas sea una tonta! AsÃ, con halagos, estará en nuestras manos. ¡Y todavÃa la necesitamos para tender un puente entre tú y Ben Rojas!Â
Antes de que su hija pudiera decir algo, continuó con paciencia:Â
-RocÃo, solo pienso en tu futuro. Tu padre y tu tÃo son ambos hijos de tu abuela, ¡pero ella es parcial! Si no luchamos por nuestros beneficios, cuando tu abuela fallezca y tu tÃa herede el control, ¡ya no tendremos nuestraÂ
voz en esta familia!Â
Ella guardó silencio. Por un momento, no supo si su madre actuaba por su bien… o por el propio.Â
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Capitulo 348Â
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Celia cenaba con Ben en un restaurante y sonó su celular. Era de un número de Rivale.Â
Ella contestó.Â
-¿En qué parte de la capital estás? -preguntó una voz masculina.Â
Ella parpadeó, confundida.Â
-¿Yusted…?Â
-¿Ni siquiera puedes reconocer mi voz?Â
Celia quedó pasmada por unos segundos. Echó un vistazo a Ben, luego apartó la mirada y bajó la voz.Â
-¿Doctor Gómez?Â
—SÃ, soy yo. Menos mal, todavÃa puedes contestar mi llamada. Bien, sigues con vida.Â
Ella se sintió un poco avergonzada.Â
-¿Ya te enteraste del accidente?Â
-Vine a ver si habÃas quedado paralÃtica. Si fuera el caso, tendrÃa que llevarte de vuelta a Rivale con tus manos y piernas atadas.Â
Ella soltó una risa.Â
-¿Desayunaste cuchillos? Qué lengua más afilada…Â
Nicolás miró por la ventana del auto y cambió de una mano para sostener el celular.Â
-Me alegra que estés bien.Â
Celia se sorprendió, luego sonrió.Â
-Gracias.Â
-No olvides enviarme tu ubicación.Â
-De acuerdo.Â
Después de que colgó, Ben alzó la mirada hacia ella.Â
-Doctor Gómez… ¿es el de Rivale?Â
Ella asintió.Â
-Parece que a mi hermanita le caen bien las personas. -Bromeó él.Â
-No bromees con esto. Él y yo somos colegas. -Sonrió ella.Â
Dicho esto, bajó la mirada y tomó un sorbo de sopa. Ben también sonrió, sin decir nada más. Poco después,Â
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Capitulo 348Â
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Nicolás llegó al restaurante. Era la primera vez que Ben y Nicolás se veÃan. Él se levantó con calma y le extendióÂ
la mano.Â
-Es un honor conocerlo, señor Gómez. Soy el hermano de Celia, Ben Rojas.Â
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