Por que 307

Capítulo 307 

Al verla, Nicolás se le acercó. Ella se detuvo y le preguntó: 

-¿Ya te sientes mejor? 

Él soltó un “hum“. 

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-En cuanto a lo de ayer… Quiero disculparme contigo por mi padre. Su hostilidad fue para otra persona. 

-Lo sé. Es por mi identidad, ¿cierto? -Celia lo miró con una sonrisa-. No importa. No di importancia a esas palabras. 

Nicolás dudó en creerlo. 

-¿En serio? ¿No te afectaron? 

Ella recordó algo y luego sonrió con amargura. 

-He escuchado todo tipo de palabras… Si me afectara por todo, estaría peleándome con la gente todo el tiempo. 

Frente a esta respuesta, él guardó silencio. 

-El maestro y la abuela de César tienen colaboraciones, ¿no? Creía que la relación entre sus familias no era tan mala. Pero no esperaba que tu padre mostrara tanta hostilidad hacia los Herrera. ¿Qué rencor hay entre ellos? 

-¿César no te lo contó? 

Ella negó con la cabeza. Él soltó una risa y, tras un momento de silencio, lo narró con calma: 

-Mi madre y su padre tuvieron una relación. Y esta relación… No terminó incluso después de que ella se casó con mi padre. 

Celia se quedó estupefacta. No imaginó que esta relación fuera tan complicada… Al ver su expresión, Nicolás continuó: 

-Por este resentimiento, mi padre siempre ha creído que mi madre aún lo extraña. Por eso le guarda rencor a Víctor Herrera. A cualquier persona relacionada con la familia Herrera la tratará con prejuicio. 

Celia recordó de repente a sus suegros. Daban la impresión de tratarse con respeto, pero en ese respeto no había amor. Cada vez que Víctor volvía a la casona, aparte de tratar asuntos importantes, se iba sin quedarse más después de comer y charlar un poco con Valeria y César. Todos estos años, pensó que la frialdad del padre e hijo era algo genético. Resultó que era por falta de amor 

Tras volver en sí, ella asintió ligeramente con la cabeza, mostrando comprensión. 

Nicolás la miró y continuó: 

-Por eso, dado el estado de mis padres, espero que la persona con quien me case sea una que me corresponda. 

Celia se sorprendió un poco por esta frase y luego le sonrió. 

-Seguro la encontrarás. 

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Capítulo 307 

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-¿Cómo lo sabes? 

La sonrisa de Celia fue sincera. 

-Alguien tan sobresaliente como tú sería muy atractivo en el mercado matrimonial. Claro que encontrarás a alguien que te corresponda, ¿no es así? 

-Aparte de elogiarme diciendo que soy sobresaliente, ¿no tienes otras opiniones sobre mí? -él parecía descontento. 

-¿Eres también alto, muy guapo y tienes la piel muy fina…? 

-¿Y si me comparo con tu esposo? 

Celia se quedó desconcertada, pero pensó seriamente antes de darle la respuesta: 

-¿En apariencia? 

Nicolás entrecerró los ojos. 

-¿Solo te importa la apariencia? 

Celia se quedó sin palabras… Se enderezó un poco y le dijo con calma: 

—Tú tienes tus cualidades, él tiene las suyas. Son individuos distintos y la comparación es innecesaria. 

Al ver su expresión seria, Nicolás no insistió. 

-Solo tenía curiosidad. ¿Quién querría compararse con este tipo? 

Celia sonrió con impotencia… 

*** 

Maira llevó el almuerzo al visitar a Iván. Al verlo recostado en la cama, cabizbajo y distraído, dejó la comida a un lado y le dijo con cuidado: 

-Celiana ya me devolvió la tarjeta. La estaban chantajeando, no fue a propósito. 

-¿Que no fue a propósito? Pero podía habérmelo pedido de manera normal, ¿no? ¿Por qué lo hizo a escondidas? 

Al pensarlo, Iván se enojó. Maira rápidamente trató de calmarlo. 

-Cariño, no te enojes más. Ella ya sabe su error. 

-Si de veras lo supiera, jvendría a disculparse conmigo ya! 

Mientras hablaba, él tomó el tazón para tomar un poco de sopa, pero pareció haber perdido el apetito, así que dejó la cuchara, 

-¿Cuándo me darán el alta?