Por que 233

Capítulo 233 

Capítulo 233 

Estrella pareció muy sorprendida. 

-¿Ya estás casada? 

-Me casé joven, y ahora me divorcio joven también. 

Estrella reflexionó un momento antes de preguntar dudando: 

-Pero si te divorcias, estarás soltera. ¿Y si a Nicolás le gustas…? 

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-Eso sería asunto suyo, no mío. ¿Acaso si a él le gusto yo debo corresponderle? Mi matrimonio fue terrible, así que no pienso embarcarme en otra relación. Para mí, una relación no es imprescindible. Ser libre, ser rica, ir a donde quiera, o hacer lo que desee… Son cosas más divertidas que el matrimonio, ¿no? 

Celia sonrió, con sus ojos brillando con una claridad serena. Ahora, estaba persiguiendo el anhelo de su corazón, y eso la hacía sentirse feliz. 

Estrella, al ver su sonrisa, no sabía por qué, pero se sentía sorprendida. ¿Era esa la sensación de sentirse reconfortada por la belleza? Cuanto más la miraba, más se daba cuenta de lo injusta que ella había sido. Ella no parecía tan arrogante como decían las enfermeras… 

-¿Tú… no me guardas rencor? -preguntó Estrella con cautela. 

Celia ladeó la cabeza. 

-¿Rencor? ¿Por qué? 

Estrella finalmente cedió. 

-Vale… No debo echarte toda la culpa… Eres demasiado bonita, hasta la mirada de alguien como Nicolás se posa en ti. Por eso te vi como una rival. Sé que él no tiene interés en mí y tampoco soy tan guapa ni tan destacada. – Suspiró Estrella, desanimada. 

-¿Para qué compararte con los demás? -Celia puso una mano en su hombro-. También eres muy buena. Debes saber que, en este mundo, eres única. 

Estrella bajó la mirada. Era la primera vez que alguien la llamaba “única“. 

-Además, creo que eres muy bonita. El problema es que no sabes cómo arreglarte, ¿cierto? 

Al ser descubierta, Estrella se sintió muy avergonzada. 

—No sé maquillarme. 

Celia sacó su celular mientras decía: 

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Capitulo 233 

-Agrégame a WhatsApp. ¡Te haré una transformación completa! 

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Después de intercambiar contactos, cuando Celia salió del área de descanso, las dos enfermeras entraron de inmediato. 

-Estrella, ¿sería que quiere provocarte? -preguntó una de ellas. 

Estrella retiró su mirada de la puerta, y refutó con seguridad: 

-Creo que no es ese tipo de persona. 

*** 

Tan pronto como el avión de César aterrizó en el aeropuerto de Rivale, él recibió dos invitaciones de diferentes familias influyentes de la ciudad: una era la familia Romero, familia de los primos de su madre, y la otra era la familia Ruiz, dueña de la empresa Finanzas Río Próspero. 

Río Próspero estaba entre las diez principales empresas de Rivale y también había invertido en el proyecto de IA médica con Nebula Tecnología. Como socios, César aceptó la invitación de la familia Ruiz. El patriarca de los Ruiz, generoso, reservó el salón más grande del Hotel Internacional para 

recibirlo con toda la familia. 

En el piso superior, las luces de la ciudad bajo la noche creaban un panorama impresionante. Bajo la deslumbrante lámpara de techo, muchos empresarios adinerados vestidos de etiqueta se sentaron a la mesa grande. Había muchos platillos exquisitos: carne, mariscos y todo tipo de delicias tradicionales. Era una abundancia lujosa. 

César conversaba y reía con naturalidad con los invitados. Entre la multitud, parecía irradiar su propio brillo, emanando una presencia magnética que nadie podía opacar. 

-Señor Herrera, ¿ha venido solo a Rivale esta vez? ¿Por qué no trajo compañía? —preguntó el patriarca de la familia Ruiz, acercándose con su copa. Para ellos, alguien del estatus de César nunca carecía de acompañantes. 

César levantó ligeramente su copa como respuesta. El señor Ruiz, siendo astuto, notó al instante la alianza en su dedo anular. Sorprendido, le preguntó: 

-¿Ya está casado? 

– 

Sí, desde hace algunos años. 

-Parece que mis fuentes están desactualizadas. 

César hizo una pausa, llevando la copa a sus labios, mostrando una sonrisa casi imperceptible. 

-Es que no lo hice público.