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Capítulo 205
Cuando reacciono, Celia soltó el mango del cuchillo y retrocedió, tambaleándose. Ella había intentado matarlos… ¿Se habia vuelto loca?
Sira llamó a la policía, pero apenas marcó, César le arrebató el dispositivo. Su voz era débil y su herida no dejaba de sangrar, aunque la había tenido presionada con la mano.
No llames a la policía…
-¡Pero, ella intentó matarte!
-¡Te he dicho que no!-dijo él entre dientes, muy pálido.
Sira se apresuró a intentar contenerle la hemorragia y llamó a una ambulancia de Lago Sereno. Celia permaneció de pie, inmóvil, sin ningún rastro de intención de disculparse.
Pronto, llegó la ambulancia y lo subieron a la camilla. Incluso, cuando iba a perder el conocimiento, insistió en explicarle al personal que su esposa lo había herido por descuido y les rogó que no involucraran a la policía. Síra, que lo acompañaba, tenía la cara alterada.
Marta, al enterarse de que su hijo había sido apuñalado y estaba en cirugía, acudió con toda prísa a la clínica. Fuera de la sala de operaciones, no vio a Celia, solo a Sira. Confundida, le preguntó:
-¿Qué haces tú aquí? ¿Dónde está Celia?
-¡Señora! ¡Celia intentó matar a César! -explicó Sira con expresión aterrada, narrando lo sucedido, pero exagerándolo sin pudor.
¿Que Celia quiso matarlo? Ella se negaba a creerlo.
-¿Qué disparate estás diciendo?
-¡Pregúnteselo a Celia si no me cree! -exclamó, al ver esa actitud.
Marta se quedó paralizada, procesando esas palabras. Si estaba mintiendo, no mostraría tanta firmeza. ¿Fue Celia quien había lastimado a César?
—Señora, aunque es la esposa de César, si existe un motivo para intentar asesinarlo, deberíamos informar a la policía. La violencia doméstica ya es un delito grave, ni mencionar a apuñalar a su esposo, ¿no es así?
Marta guardó silencio, así que Sira siguió incitándola.
-César sigue en la mesa de operación y no sabemos cómo terminará. Al menos, si llamamos a la policía ahora, podrán investigar la razón por la que lo atacó.
Sira ansiaba meter a Celia en la cárcel. Cuando César estaba en recuperación, ella podría actuar contra Celia. De esa manera, la familia Herrera no le haría nada al respecto. Cuando se regodeaba en sus pensamientos, una figura apareció con paso enérgico y recibió una cachetada.
Su cabeza se giró hacia un lado. Al reaccionar, iba a enfurecerse. No obstante, al encontrarse con la mirada penetrante de Valeria, se vio obligada a tragar todo su enojo. Su expresión también se tornó llena de aflicción.
-Abuela, ¿por qué…?
Valeria soltó un “hum” con frialdad.
–Sé muy bien qué maquinaciones tienes en tu mente sucia. César pidió que nadie llamara a la policía, ¿por qué insistes en ir en su contra? Temes que cuando despierte, ¿no podrás hacerle nada a Celia?
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Copitulo 206
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Me… me ha malinterpretado… Nunca he pensado así… tartamnudeó Sira.
Ya me enteré de la caída de la madre de Celia. Tu estabas presente. En cuanto a su muerte, tienes que asumir la responsabilidad. O, ¿te atreves a declarar que no tienes nada que ver con esto?
Valeria se apoyo en su bastón, mirándola con desdén. Desde joven, había visto a muchas mujeres como Sira y las conocía muy bien. Esas pequeñas artimañas sucias solo podían engañar a César.
Sita se cubrió la mejilla con la mano. Se puso pálida, sin atreverse a mirarla.
No, no es así…
-Tu respuesta no me interesa. Valeria la interrumpió y luego apartó la mirada con disgusto. Escucha, Celia es la única esposa de César. Si tú no renuncias a esa ambición, seré despiadada.
Sira tembló, apretó los dientes con indignación, luego se dio la vuelta y se marchó.
Tras una transfusión de sangre, la situación de César se estabilizó y fue trasladado a una habitación privada. Al despertar, era casi de noche. Recorrió la habitación con la mirada: todos los Herrera estaban allí, excepto Celia.
-César, ¿cómo estás? –preguntó Víctor. Al enterarse de la noticia, regresó a la ciudad en un vuelo, sin descansar. Se veía con claridad la preocupación en su cara por su hijo.
Él se incorporó.
-Estoy bien.
-Pero, hijo, ¿qué pasó con Celia? ¿Por qué ella…? -preguntó Marta.
Intentó abordar el tema, pero fue interrumpida por Valeria, quien le preguntó, con voz seria:
-¿La muerte de la madre de Celia tiene que ver con Sira?
En la cara de César se notó rastro de perturbación. Apretó ligeramente los dientes antes de responder.
-Fue un accidente.
Capitulo 206
Capítulo 206
