La enfermera se asustó por el estado de Rosa y, temiendo que su locura atrajera la atención de otras personas, de inmediato se le acercó para controlarla.
¡Señora, por favor, cálmese! Resolvamos esto fuera de la clínica, ¿de acuerdo?
Sira se quedó en pánico por unos segundos. Al volver en sí, recordó algo. Enseguida giró y salió corriendo. Rosa apartó a la enfermera de un empujón y también salió persiguiéndola. 1
-¡Sira! ¡Detente! -gritó, furiosa, mientras corría.
Sira llegó a la entrada de las escaleras, pero como llevaba tacones altos, no podía moverse con agilidad. Pronto, Rosa la alcanzó y la agarró con toda su fuerza.
-¡Dime! ¿Fuiste tú quien hizo daño a mi hijo? ¿¡Sí o no!? -gritó, histéricamente.
Rosa la sujetaba con tanta fuerza que incluso le causaba dolor. Todo el cuerpo de Sira fue empujado contra la barandilla del pasillo. Detrás de ella había una caída de más de diez pisos. Los autos en la carretera parecían diminutos a esa altura.
Rosa, fuera de sí, le gritó a Sira:
—¡Tú los mataste! ¡Fuiste tú quien los mató!
La enfermera controló a Rosa desde detrás y Sira pudo recuperar el aliento. No parecía asustada, al contrario, comenzó a reír con aire de triunfadora.
—Sí, ¿y qué? Aunque fuera yo quien hizo daño a tu hijo y también quien mató a tu esposo, ¡tu yerno eligió confiar en mí!
Esas palabras dejaron a Rosa aturdida, al borde del colapso.
-Qué lástima, ¿no? No solo César, sino que incluso Alfredo también está de mi lado -dijo Sira inclinándose hacia adelante para acercarse aún más a Rosa con una sonrisa siniestra—. Solo quedan ustedes dos juntas. Qué patético, ¿no?
-¡Sira!
El odio ardía en los ojos de Rosa, pero sabía que era tan impotente que no podía hacer nada al respecto. Solo le quedaba una última oportunidad. ¡Arriesgaría su vida…!
-¡Voy a acabar contigo!
Gritando a todo pulmón, Rosa se abalanzó sobre ella. Sira y la enfermera sí se asustaron. Mientras las tres forcejeaban, Rosa fue empujada hacia un lado, perdió el equilibrio con la parte superior de su cuerpo y ¡cayó por encima de la barandilla!
1/3
Capitulo 196
+25 BONUS
Sira, por reflejo, logró agarrar la mano de Rosa. Como había perdido la capacidad de pensarlo con cuidado, solo le gritó a la enfermera:
–¡Ven a ayudar!
El cuerpo de Rosa colgaba en el aire. Ella sabía que ya no sobreviviría…
Levantó la mirada con desesperación y, en ese momento, su mirada se fijó en un lunar rojo bajo la correa del reloj de pulsera de Sira. Ese lunar se veía claramente bajo la luz del sol.
En su confusión, Rosa recordó el momento en que había dado a luz a su hija. Ella estaba sentada en la cama con la bebé en sus brazos, mientras los vecinos comentaban afuera que el lunar de su hija parecía sangre y era un símbolo de mala suerte. Pero para Rosa, sin importar lo que esa niña le traería, sería para siempre su hija más amada…
Su hija… Ellas habían sido separadas más de veinte años… Ella clavó la mirada en Sira. Sus ojos se humedecieron y un torrente de emociones invadió su corazón.
El destino era tan ridículo, como trágico…
La fuerza de sus brazos pronto se agotaría. Ellas ya no podían insistir mucho tiempo más. Sira recuperó la compostura. No sabía por qué la había salvado, pero, en ese instante, fue solo un reflejo.
Pero, tenía la lucidez para considerarlo. ¿De verdad iba a salvar a la madre de Celia? No. Rosa sabía todo lo que ella había hecho. Si la salvaba, su sentencia de muerte estaría firmada. Más bien…
Gritó en voz alta pidiendo ayuda, lo que pronto atrajo a otras personas. Cuando la policía se les acercaba corriendo, Rosa habló.
-Niña, yo soy tu…
Antes de que pudiera terminar las palabras, Sira soltó su mano… Sin su agarre, era imposible que la enfermera la sostuviera sola. El cuerpo de Rosa cayó por el hueco de la escalera en medio de los gritos desesperados de la enfermera…
Celia, que acababa de bajarse del auto, vio un cuerpo caer del cielo. Tras un fuerte estruendo, la figura se tumbó en un charco de sangre. A su alrededor, el pánico y los gritos se apoderaron del espacio. Los guardias de seguridad salieron del edificio corriendo.
Entonces, Celia se dio cuenta de que había sido una persona. Echó un vistazo a la persona tendida en el suelo y se le acercó paso a paso, con su cabeza llena de zumbidos. No podía creerlo, pero aun así la había reconocido. En ese instante, colapsó hasta quedarse sin voz.
—¡¡Mamá…!!
Cayó de rodillas junto al charco de sangre, extendiendo la mano para tocar el cuerpo que perdía su temperatura poco a poco.
Capitulo 198
+25 BONUS
No, esto no puede ser… ¡Mamá…! ¡No!
Lloraba desconsolada, impotente, deseando que fuera falso, que solo fuera una pesadilla. La policía llegó a la escena. Intentó llevársela del lugar, pero ella se resistió. Al ver que el médico forense declaraba la muerte de Rosa y se la llevaban, su vista se nubló y todo ante sus ojos se volvió oscuro. 2
Capitulo 197