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Marta le respondió: 

Ya lo llamé. Dijo que tenía otros asuntos que hacer. 

De hecho, la asistencia de César no importaba. Después de todo, el tema de hoy era la “buena noticia” de Rocío. Sin embargo, después de esperar mucho tiempo, Ben no aparecía en la cena. 

Treinta minutos después, Macarena, avergonzada, le hizo una llamada. Pero su celular estaba apagado. Lo intentó dos veces, solo para recibir el mismo resultado. 

Ante esa situación inesperada, Macarena palideció. Una posibilidad cruzó su mente: ¡Ben los había engañado! Entonces, Valeria mostró una expresión seria. Antes de que pudiera hablar, Marta no pudo evitar reírse. 

-Dijeron que Ben ya lo había aceptado, ¿no? ¿Por qué nos hicieron esperar tanto? ¿Dónde está él? 

—Mamá, ¡llámalo otra vez! ¡Ben de pronto llegue tarde por alguna urgencia! -Rocío, sin saber la situación, también apuró a Macarena. 

David también hizo lo mismo. La madre ya no pudo ocultar sus sentimientos. Toda su cara estaba pálida. Al ver su reacción, David y Rocío entendieron lo ocurrido. 

-Ben ya lo aceptó, ¿no? -preguntó Valeria con un semblante sombrío-. David, Macarena, díganme la verdad. 

-Mamá, es que… -tartamudeó David. 

Como ella guardaba silencio, él no supo si debía contarle a Valeria lo sucedido entre ellos y Ben. 

-Rocío, dímelo. -Ordenó Valeria con voz seria. 

Ella dudó, con una expresión de dificultad. 

—¡Sí! ¡Él… él mismo lo aceptó! 

-¿En serio? ¿Tienes pruebas? 

-¡Todos lo vieron conmigo en la misma habitación, con la ropa desarreglada! ¿Acaso no debería asumir la responsabilidad de haber arruinado mi reputación? 

Al escucharlo, Valeria golpeó la mesa con fuerza. 

-¿¡Qué demonios!? 

Incluso Marta rara vez había visto ese estado de ira de Valeria en todos esos años. Aunque la anciana 

tenía una mente abierta y aceptaba bastantes cosas nuevas, ¡nunca toleraría que los hijos de los 

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Herrera hicieran algo tan despreciable! 

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Tú, siendo un miembro de la familia, ¿estuviste con un hombre en una habitación antes del matrimonio? ¿Dónde queda tu dignidad? La reprendió Valeria sin piedad. 

Rocío, habiéndose contenido por mucho tiempo, se derrumbó por completo. 

¡No me importa! ¡Solo quiero casarme con él! -gritó llorando. 

Al decir esas palabras, giró y salió corriendo. 

Valeria se masajeó las sienes. “Rocío… estaba demasiado malcriada…” 

-Madre, cálmese. Esto solo fue un accidente. -Explicó David. 

Aún intentaba remediar la situación, pero Celia fue a revelarlo sin miramientos: 

Si la tía Macarena hubiera estado tan desesperada por resultados, como para drogar al señor Rojas, la cosa no habría llegado a esta situación. 

—¡Celia! —gritó Macarena, furiosa. 

No esperaba que ella revelara la verdad de esta manera tan directa. Cuando intentaba atacarla, con rabia, Marta la confrontó. 

-Con razón Ben aceptó este supuesto matrimonio. Fue drogado. Incluso hicieron cosas tan bajas para forzar una unión… ¡Han avergonzado mucho a la familia Herrera! 

Macarena temblaba de ira. Lanzó una mirada llena de odio a Celia. 

-Nunca fui dura contigo. ¿Por qué me haces todo esto? 

-Es cierto que usted no ha sido dura conmigo, pero como madre de Rocío, siempre toleraba que me molestara. No puede negarlo, ¿cierto? -le refutó Celia, sin importarle ofenderla. Total, pronto se iría. 

Macarena se quedó sin palabras y, al final, se fue furiosa. Valeria también se sentía impotente ante esa situación. Tanto Víctor como David eran sus hijos. Pero la familia de David nunca le daría la misma tranquilidad como la de Víctor… 

*** 

Rocío, furiosa, fue a la habitación de Nieve en la clínica para ver a Ben, pero Jacob la detuvo a la 

entrada. 

-Señorita, mi jefe no la verá. Mejor regrese. 

-¡Exijo que salga a verme!gritó Rocío enfurecida-. ¡Él ya nos dio su palabra! ¿Cómo puede 

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faltar a su promesa?