Capítulo 190
¿El sentía lástima por ella? En el pasado, ella ni siquiera se atrevió a imaginar que algún día pudiera compadecerse de ella. Parpadeó con serenidad.
-Puedes intentar lastimarte. Asi sabrás si te duele o no.
-¿Estás enojada conmigo?-se rio con ternura.
Celia se quedó sin palabras… El la soltó, poniendo sus manos en su cintura.
-No te haré nada estos días. Ten mucho cuidado cuando te bañes, no te vayas a caer de nuevo.
Celia permaneció de espaldas, respondiendo con un gesto. Después de que César salió, ella suspiró con alivio. Por fin, se relajó. Miró la bola de algodón que aún presionaba sobre su brazo y la cinta usada para la inyección que tenía apretada en la mano… Si él hubiera insistido, ¡habría descubierto todo…!
Al día siguiente, apenas llegó a la oficina, Celia se enteró de que despidieron a la madre de la supervisora de enfermería. Ella había trabajado como cuidadora en la clínica más de diez años. Todos los pacientes bajo su cuidado estaban satisfechos.
Pero,
aún le faltaba solo un año para la jubilación y la despidieron… Era bastante raro. Celia no sabía que esto tenía que ver con ella, hasta que la supervisora fue a su oficina para acusarla.
-Doctora, es cierto que mi mamá pronto se jubilará, ¡pero no deberían despedirla, sino darle una jubilación honorable! ¿Sabe lo humillante que es para alguien de su edad ser despedida?
-Pero yo nunca dije que ella me hizo daño, ¿no? -preguntó Celia, confundida.
-¡Pero la despidieron por eso! -gritó la supervisora, enfurecida por la injusticia-. ¡Ella es inocente! Solo porque estuvo en las escaleras, ¡la acusaron de ser quien le causó daño! Doctora, sé que tiene mucha influencia y el director la valora. ¡Pero no puede acusar a mi madre sin pruebas!
Celia se levantó y se le acercó.
-No sabía nada de esto. Tranquila, primero iré a preguntarle al director para ver quién tomó esa
decisión.
-¿De verdad no fue usted?
-No hay cámaras en las escaleras. Yo ni siquiera puedo confirmar quién lo hizo, ¿por qué ellos creen que fue su mamá?
La supervisora guardó silencio. Celia se fue a la oficina de Samuel. En el pasillo, se encontró con él y César. Estaban conversando. Samuel miró a Celia. Tras decir algo, César se volteó y su mirada se fijó
en ella.
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Capitulo 190
+25 BONUS
Director López, sobre el despido de la señora Díaz, ¿será un malentendido?
—¿Malentendido? —Samuel se sorprendió y miró a César, confundido.
César se aflojó un poco la corbata antes de explicarle.
-Ella estaba presente cuando te caíste.
-¿Cómo lo sabe?
-La empleada de limpieza la vio -dijo, clavando la mirada en ella.
Celia dudó. No podía distinguir quién le había dicho la verdad. Pero sabía una cosa…
-La señora y yo no tenemos conflictos. No tiene motivo para lastimarme.
Él se detuvo frente a ella, mientras le decía:
-El rencor no siempre se acumula con el tiempo. A veces es algo momentáneo. En lugar de preocuparte por los demás, mejor hazlo por ti misma. Además, solo le faltaba un año para la jubilación. Que se jubile con anticipación no es nada malo.
Ella lo miró, algo enfadada.
-Sabes lo que significa un despido. La señora Díaz debe jubilarse con honor, en vez de ser despedida por una injusticia. Los demás la despreciarán si eso pasa. -Insistió ella.
La cara de César se puso un poco sombría.
—Ya te di un resultado, ¿y lo vas a rechazar?
-¿Llamas esto un resultado?
A Celia le pareció ridículo.
-César, tus “resultados” siempre se limitan a lo que tú quieres, ¡no a lo que yo necesito! Seré directa: ¡la razón por la que me empujaron es porque alguien creyó que estaba embarazada! ¡Querían que abortara!
Samuel se sorprendió. ¿Embarazo? ¿Aborto? Instintivamente, miró a César, quien permaneció en silencio, con su expresión cada vez más sombría.
Capitulo 101
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