Capítulo 161
Capítulo 161
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Al mediodía, Macarena acompañó a Rocío a la Clínica Lago Sereno para ver a Ben. Esta pertenecía a la familia Herrera y, como Rocío era una de los miembros de dicha familia, casi todos en la clínica la conocían. Al verlas, la enfermera de recepción se acercó a recibirlas con entusiasmo.
-¡Ay! ¡Qué honor verlas aquí! ¿En qué puedo ayudarlas?
Rocío alzó la barbilla con arrogancia.
–Vinimos a visitar al señor Rojas y a su madre.
La enfermera tartamudeó:
-Señorita, es que… acaban de salir.
-¿¡Qué!?
La expresión de Rocío se ensombreció de inmediato. Miró a Macarena y se quejó:
-Mamá, ¡qué molesto es este tipo! Ya quedé con él en visitarlo. ¿Me está evitando?
La primera vez que Rocío vio a Ben, se enamoró de él de un flechazo.
“Solo me casaré con él“, pensó ella.
Por casualidad, David también quería una alianza matrimonial con la familia Rojas. Aunque los Rojas no les habían dado una respuesta, Rocío sabía que, aparte de ella, ¡nadie más era digna de ser la esposa de Ben!
A Macarena no le gustó su falta de prudencia.
-Tú, siendo también un miembro de la familia Herrera, ¿podrías actuar con más cautela?
Al fin y al cabo, Rocío era su hija. La conocía mejor que nadie. Su temperamento era insoportable para cualquier hombre, y mucho más para el heredero de la respetada familia Rojas.
-Como dices, mamá, ¡soy miembro de la familia Herrera! ¿Quién más está más calificada para ser su esposa aparte de mí? -Rocío no le dio importancia.
Nació en la familia Herrera, respaldada por todos los antecedentes de los Herrera. Todos envidiaban su vida privilegiada. Obtendría con facilidad todo lo que deseaba. Siendo una señorita así, era imposible que se dejara sufrir injusticias.
Macarena meneó la cabeza ante esa reacción de su hija. Miró a la enfermera y le sonrió.
-¿A dónde fueron ellos? ¿Lo habían mencionado?
-Eso no. La enfermera negó con la cabeza. De pronto, pareció recordar algo y dijo: Pero ellos no se fueron solos. Los acompañaba una mujer. El asistente del señor Rojas la llamó “señorita Sánchez“.
Antes de que Macarena pudiera hablar, el humor Rocío se ensombreció por completo. ¿Señorita Sánchez? ¿Qué otra zorra se atrevía a codiciar a su hombre?
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Capitulo 161
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Mientras tanto, Celia estaba en el centro comercial cerca de la clínica junto con Ben y Nieve. Él había reservado el tercer y el cuarto piso del edificio, solo para que nadie molestara a Nieve. Ese día, antes de salir, Celia había elegido una blusa de cuello alto para cubrir las marcas de besos.
En ese momento, Nieve estaba pegada al escaparate de una tienda de peluches, con sus ojos llenos de aspiración.
-¡Celi! ¡Ven aquí rápido! Mira, si lo compramos, a mi hija le encantará, ¿cierto?
-Señora, si le gusta, ¿por qué no pasa a la tienda a verlo? -Le sonrió el gerente de la tienda.
Quien podía reservar pisos enteros sería definitivamente una persona adinerada o poderosa. Atenderlo significaría obtener ventas generosas. Entonces, él estaba encantadísimo en ofrecerle servicios.
Nieve entró a la tienda. Celia sonrió y miró a Ben.
-Parece que cada vez que ella quiere comprar algo, nunca la detiene.
Aunque sabía que a Ben no le importaba el dinero, al comprar tantas cosas, necesitaría mucho espacio para guardarlas. Sería también un tipo de desperdicio.
-Mientras ella esté feliz —dijo, mirando con comprensión a Nieve, feliz como una niña.
Celia también sonrió.
-La señora es muy afortunada de tener un hijo como tú.
-Tengo que hacerlo. ¿Sabes por qué? Si desagrado a mi mamá, mi papá no me matará. —Bromeó.
Cuando Celia iba a hacerle otra pregunta, una voz aguda se escuchó detrás de ellos.
-Señor Rojas, ¡cómo puedes salir con otra mujer…!
En el instante en que Celia se volvió a mirarla, Rocío se quedó petrificada.
-¿Por qué…? -murmuró aturdida.
-¿Y por qué no? -Celia no se movió.
Rocío apretó las manos con fuerza, con la cara transformada. ¿Por qué Celia estaba con Ben…? ¡Sira tenía razón! ¡ Esta mujer coqueteaba con todos a las espaldas de César!
-¡Muy bien, Celia! ¿La última vez te vi salir con Alfredo Suárez y ahora ya te metiste con el señor Rojas? ¡Qué barata eres! ¿Te encanta tanto robarle los hombres a los demás?
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Capitulo 162
