Capítulo 15
Celia se mordió ligeramente los labios, desanimada por las palabras. Dejó su bolso y le dijo:
-Voy a preparar la comida.
Luego, se fue a la oficina.
Por lo general, Margarita le preparaba los ingredientes y los guardaba en la nevera. Antes, cuando Celia tenía tiempo libre, siempre le preparaba la cena a César y lo esperaba para cenar juntos. Si él no podía
cenar con ella, le calentaba los platos cuando regresaba a casa.
Sin embargo, César nunca había comido esos platos especialmente calentados para él. Solo le decía que
no necesitaba su cuidado con esas acciones.
Durante los seis años de matrimonio, cada vez que Celia quería hacerle algo para cumplir con sus responsabilidades como esposa, él la rechazaba. Ahora ella había perdido las ganas de hacerlo, pero ¿este tipo empezó a necesitar su cuidado…?
Decidió no perder tiempo pensándolo. Solo quería prepararle la cena lo antes posible.
Justo cuando iba a sacar la salsa guardada en el estante de arriba y difícil de alcanzar, una figura alta apareció detrás de ella y consiguió la botella con facilidad. Ella podía percibir la temperatura del cuerpo que la envolvía por completo. (1)
De hecho, habían tenido intimidad. En el baño, él la arrinconó contra la pared y entró en su cuerpo desde atrás… En ese momento, la temperatura le parecía tan ardiente como ahora.
Ella recuperó bruscamente la compostura y le dio espacio.
-Los platos aún no están listos. Puedes esperar en la sala de estar.
César notó que ella lo estaba evitando a propósito y su mirada se ensombreció un poco. La tiró hacia su cuerpo, lo que tensó todo el cuerpo de Celia.
-¿Por qué me evitas? Nunca me evitaste cuando teníamos relaciones -le preguntó César con un tono
burlón.
El nerviosismo se apoderó del cuerpo de Celia, se sonrojó de vergüenza. ¿Este tipo estaba molestándola
intencionadamente?
-No es un momento adecuado… -murmuró ella.
-¿Por qué? -él insistió.
Ella se quedó sin palabras, pero la mano ardiente del hombre se metió en su ropa por debajo del dobladillo de su ropa. Instintivamente, Celia lo detuvo, pero César no cedió ni un centímetro. Sonrió con picardía.
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Capítulo 15
+15 BONUS
-Parece que nunca lo hemos hecho en la cocina.
Celia sabía cómo César solía comportarse cuando tenía necesidades. Cada vez que quería hacer el amor con ella, siempre se lo proponía de manera directa. No obstante, al recordar que este tipo se había subido
a la cama de Sira, le causó repugnancia.
Con total sobriedad, ella evitó su beso.
-¡No quiero!
César se detuvo en seco, clavando la mirada en ella.
-¿No quieres?
-No.
El deseo le arrebató el control de su cuerpo. Él rio con sarcasmo.
-Eso no depende de ti.
Ella se asustó, mientras él la levantaba. Antes de que pudiera reaccionar, la había llevado al dormitorio.
Se hundieron en el suave colchón, con su cuerpo cubriéndola por completo desde arriba. Celia intentó soltarse, pero fracasó.
-¡César! -forcejó Celia empujándolo del pecho para apartarlo-. Aún no has cenado, ¿no es así? ¡Y la cena pronto estará lista!
-Ya tengo mi cena bajo mi cuerpo.
Como de costumbre, a él no le interesaban los coqueteos. Solo quería hacer lo que le daba la gana. Ella se mordió los labios con fuerza para aguantar la incomodidad causada por sus caricias.
Ella simplemente no lo entendía. ¿Qué significaba esto para César en realidad? ¿La última vez antes del
divorcio?
De repente, César recordó algo. Extendió su mano hacia el cajón de la mesita de noche, pero no consiguió lo que necesitaba.
-¿Dónde están los condones? -le preguntó.
Aprovechando la oportunidad, Celia lo apartó de un empujón. La amargura la ahogaba, pero le sonrió con
ironía.
-¿No lo sabes? Se acabaron hace mucho tiempo.
Cada vez que hacían el amor, él preparaba los condones con anticipación. Sin embargo, después de la llegada de Sira, rara vez dormía con ella. Y, naturalmente, no tenía idea de si aún había condones en casa.
Capitulo 15
+15 BONUS
Como era de esperar, César se calmó. Mientras tanto, Celia sabía muy bien que, sin los condones, él no haria nada con ella porque no permitiría que se quedara embarazada. Ella se acomodó un poco la ropa desordenada y se alejó de la cama. Le dijo:
-La comida pronto estará lista. Voy a la cocina.
Se escapó del dormitorio casi desaliñada.
***
Esa noche, César descansó en el cuarto de invitados. Celia lo había esperado y ya había aceptado el hecho. No se sentía triste por eso.
Al día siguiente, cuando ella se levantó, creía que César se había ido como siempre, así que salió del dormitorio solo en un camisón.
-Margarita, ¿qué has preparado? Huele muy bien…
Capitulo 16
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