Capítulo 149
Cada medicamento utilizado en cirugía quedaría registrado en farmacia. La cantidad solo podría ser menor, nunca mayor, para evitar sobredosificación.
El anestesiólogo, entendía más que nadie lo que significaba ese medicamento extra. Al instante, comprendió. Se volteó a interrogar a la nueva asistente.
-¿Por qué tienes el medicamento extra?!
La joven temblaba de miedo.
-Yo… es que…
-Es su primera vez en quirófano y no está familiarizada con el proceso. Como aún no ha provocado ninguna desgracia, es perdonable. -Intervino Celia, haciéndole un favor. Primero pasó el fármaco correcto al anestesiólogo y luego añadió mirándola-: Sin embargo, no eres adecuada para este puesto.
Al oír eso, la nueva asistente, abrumada por la presión, rompió a llorar desconsoladamente.
-Fue la directora Núñez quien me lo entregó. Dijo que un poco de alergia al anestésico no causaría ninguna consecuencia severa. Una pequeña dosis no pondría en peligro la vida…
-¿La directora Núñez? -La interrogó el anestesiólogo furioso-. ¡Ella solo sabe sentarse en su oficina todo el día sin haber pisado ningún quirófano! ¡Solo sabe eso! La incidencia de reacción alérgica al Propofol en personas normales es del 37%. Si las personas alérgicas lo usan, los efectos son mucho mayores en comparación con los de personas normales, ¡especialmente durante una cirugía! No solo afectará el centro respiratorio, ¡sino que también podrá provocar un shock!
Hizo una breve pausa antes de continuar con los reproches.
-¡Sus palabras casi causaron una terrible consecuencia! ¡Por suerte la doctora Sánchez lo revisó a tiempo! ¡Si no, todos hubiéramos acabado mal por su culpa!
La buena impresión que el personal del quirófano tenía de Sira se esfumó en un santiamén. Un pequeño error, incluso una mínima dosis, podía determinar el futuro profesional de todos los presentes.
La expresión de Celia también se ensombreció. De no ser por la advertencia de Ana en el papel, jamás habría imaginado que Sira se atrevería a cambiar la medicación de una paciente en cirugía. Si le hubiera pasado algo a la paciente, ¿acaso creía que César podría protegerla?
-Basta ya. Primero llévensela de aquí —ordenó con severidad Celia tan pronto como reaccionó para que se la llevaran del quirófano. Luego, se acercó al médico asistente y le susurró algo al oído.
El médico asistente se mostró confuso, pero cooperó plenamente y luego hizo una seña.
***
La cirugía duró desde las nueve de la mañana hasta la una de la tarde, cinco horas completas. Rodolfo no dejó de caminar impaciente de un lado a otro en la sala de espera, ansioso y preocupado.
Sira también llegó con rapidez al área de quirófanos. Al ver que la cirugía aún estaba en curso y que los médicos
1/3
Capitulo 149
no salían con buenas noticias, no sabía cómo iba la situación.
Diez minutos después, el médico asistente salió del quirófano. Rodolfo se acercó corriendo.
—¿Cómo fue la cirugía de mi esposa?-le preguntó muy preocupado.
+25 BONUS
El médico asistente se quitó el cubrebocas. No mostraba la alegría típica de una cirugía exitosa. Parecía tener ciertas dificultades para decirle el resultado y vaciló durante un buen rato.
Sira, al ver la escena, se alegró y se acercó a Rodolfo, diciéndole:
-Señor Juárez, esta es la consecuencia de confiar ciegamente en una persona poco confiable. En la capital hay numerosos neurocirujanos autorizados. ¿Cómo puede compararse una médica residente con solo tres años de experiencia?
Rodolfo se enrojeció, con las venas de su cuello marcadas. Ya estaba temblando de furia. Incluso su secretario quedó estupefacto. ¿Cómo era posible que hasta César Herrera se hubiera equivocado en su juicio?
-¡Que esa maldita Celia Sánchez salga a verme de inmediato! -Rodolfo explotó de furia en el acto, con una presencia aterradora que nadie podía impedir-. ¡Y también Samuel López! ¡Que todos salgan a darme explicaciones! De lo contrario, ¡haré que cierren esta clínica!
Sira, con los brazos cruzados, disfrutaba contenta del teatro entre la multitud hasta que alguien entre la gente saludó a César. Su sonrisa desapareció. Bajó los brazos y se dirigió hacia César quien se estaba acercando.
-César, por fin has llegado. Parece que Celia cometió un error grave. La cirugía parece haber fracasado -le informó fingiendo preocupación-. Ya le había advertido que midiera sus capacidades, pero no me escuchó. Insistió en hacer las cosas a su manera. Y ahora, mira, ¡terminó provocando la muerte…!
-¿Quién te dijo que la cirugía fracasó?-La interrumpió enfadado el médico asistente porque ya no podía aguantar más. ¿Acaso yo te lo he dicho?
Sira no logró procesar sus palabras por unos minutos. Quedó paralizada por la incomodidad.
-Pero hace un momento mostrabas…
-¡Hace un rato todavía no me recuperaba del cansancio! Justo cuando iba a hablar, ¡tú empezaste a llevar la conversación!
El joven mostraba una clara antipatía hacia Sira. Solo por lo del anestésico, sabía que esa mujer era una malintencionada.
Rodolfo finalmente volvió en sí.
-Espera, ¿qué dijiste? ¿La cirugía de mi esposa… no fracasó?
El médico asistente le respondió con una sonrisa alegre:
-Señor Juárez, la cirugía de su esposa fue un éxito. En aproximadamente media hora despertará.
—¡Pero tu actitud no era así! -Lo acusó Sira desesperada, pero, al notar la mirada de César, palideció todavía más. Intentó explicarle-: César, no es eso lo que quise decir. Es que su actitud me causó una gran confusión…
2/3
Capitulo 149
+25 BONUS
-¿Confusión? -De pronto escuchó la voz de Celia, quien salió del quirófano con calma y se quitó el cubrebocas
Antes de que mi asistente pudiera hablar, llegaste a la conclusión del fracaso de la cirugía. Estabas tan segura, como si pudieras predecirlo, ¿no es así?
Sira ya no pudo evitar temblar. Apretó asustada las manos en secreto, con sus uñas casi clavadas en las palmas de sus manos. Finalmente se dio cuenta de que, j era una trampa! ¡Una vil trampa en la que ella misma había caido!
La mirada de César se posó justo en la cara delicada de Celia. En sus ojos se veía claramente la hostilidad hacia Sira. Entrecerró los ojos. Parecía que cada vez que él estaba con Sira, Celia adoptaba esta áspera actitud.
Entonces, ¿ella estaba celosa?
