Capítulo 147
Un rastro de asombro cruzó de manera fugaz por los ojos del secretario. De haber sido cualquier otra persona quien la elogiara, no lo habría creído. Pero esta persona era César Herrera. Sus palabras representaban una alta autoridad en la capital. Si él estaba seguro de las extraordinarias capacidades de Celia, eso indicaba que, efectivamente, las tenía.
Mientras el secretario conversaba con César, Sira, a un lado, permaneció en completo silencio, sin poder intervenir. Las palabras de César elogiando la capacidad de Celia aún resonaban en su mente y la llenaban de una profunda envidia y rencor.
¿Por qué estaba tan seguro de que esa cirugía sería un éxito? Si era así, ¡pues ella haría que Celia fracasara!
***
De regreso en su oficina, Celia convocó una rápida reunión con Leo, los médicos asistentes y todo el personal de quirófano.
Sobre el plan quirúrgico, ella ya tenía en mente más de diez planes de contingencia. En la neurocirugía, el más mínimo error puede llevar a un desastre monumental. La precisión requerida casi representa el máximo nivel de todos los tipos de cirugía.
-Doctora Sánchez, si no usamos el método tradicional para exponer la ubicación del tumor, nos resultará muy difícil determinarlo. -Se preocupó el médico asistente que tomaba ante nota-. Además, si confiamos solo en imágenes de MRV bidimensionales para ubicar el tumor… es imposible precisar su posición. Si la incisión se desvía aunque sea un milímetro, podríamos perder la visión del tumor…
Todos los presentes compartían la misma preocupación. Después de todo, realizar una craneotomía para extirpar un tumor sin usar técnicas tradicionales para ubicarlo equivalía a buscar una mina a ciegas. El intento representaba un desafío de alta dificultad para todos los reunidos.
Celia abrió entusiasmada una presentación mientras les explicaba:
-Acabo de hacer un análisis basado en el concepto tridimensional. La posición del tumor debe estar aquí.
Mostró la pantalla a todos y los presentes no pudieron evitar quedarse asombrados.
-Doctora Sánchez, ¿usted hizo sola este modelo conceptual tridimensional…?
-Dios santo… ¿qué clase de habilidad es esta? ¿Puede precisar la posición del tumor en 3D solo con una imagen bidimensional?
-¡Con razón el director la valora y la recomienda tanto!
Celia miró a los colegas que la elogiaban con entusiasmo y les explicó con destreza:
-Es el resultado de mis estudios basados en la condición quirúrgica de numerosos pacientes con tumor cerebral. Por eso, cuando obtuve las imágenes de MRV de la paciente, pude determinar sin problema la posición del tumor.
Todos los presentes sintieron una punzada de envidia. ¿Qué clase de memoria fotográfica era esa? ¡Qué habilidad más horrible! Con razón en solo tres años pudo convertirse en directora…
1/2
Capitulo 147
+25 BONUS
Una vez definido el plan quirúrgico para la cirugía del día siguiente, Celia levantó la sesión. Cuando todos se fueron, solo ella se quedó en la sala de conferencias organizando los respectivos documentos. En ese momento, César se acercó a ella en medio del silencio.
Celia tomó su laptop y los documentos de la mesa. Como había demasiadas cosas, no podía cargarlas todas de una vez. Sin querer, una carpeta se resbaló y cayó al suelo. Por instinto, intentó detenerla con el pie, pero reaccionó demasiado rápido y terminó pateándola. Como resultado, la carpeta cayó justo al lado del pie de César. La risa burlona que escapó de los labios de César rompió el silencio incómodo. Celia dudó, pero al final se acercó para recogerla, aunque a regañadientes.
-Rodolfo tiene buenos contactos en su círculo. Si esta cirugía es un éxito, te traerá grandes beneficios en tu carrera y no habrá ningún perjuicio.
Celia se detuvo con brusquedad. Luego, se enderezó despacio.
-¿Qué pretende usted al recordármelo? ¿Acaso no desea que esta cirugía sea un éxito?
Su mirada era tan profunda como un abismo sin fondo, con un brillo de cierta emoción pasando de forma fugaz en ella.
-¿Por tienes que interpretarme de esa manera?
-¿Y cómo debo interpretarlo? -Celia lo miró-. Quiere que haga lo mismo que antes, ¿obedeciéndote en todo, aceptando tu violencia pasiva?
-Celia, en cuanto a lo que pasó… hay una razón —le respondió, mirándola fijamente.
-Lo sé. Crees que tu abuela y yo enviamos a Sira al extranjero, ¿cierto? Está bien, ahora lo admito feliz. -Celia se rio-. Fui yo quien la expulsó de forma deliberada. ¿Y qué? ¿Ya estás satisfecho?
Al ver su cara impasible, Celia asumió que había creído en sus palabras y que estaba furioso con ella. Así sería perfecto. De esta manera, quizás firmaría el acuerdo de divorcio de inmediato.
Pero, después de esperar un rato, él no mostró ninguna señal de enojarse con ella. Solo entrecerró ligeramente los ojos, mirándola fijamente.
-Entonces, al final, todavía estás haciendo berrinches por lo de Sira.
¿Berrinches? Celia lo miró incrédula y se rio esa “conclusión” ridícula.
-César, ¿a estas alturas todavía crees que estoy haciendo berrinches? -Su sonrisa se desvaneció poco a poco-. No es así. Por favor, encuentra tiempo para firmar el acuerdo de divorcio.
Justo cuando iba a irse, César agarró su brazo y la atrajo con fuerza hacia su pecho.
-Sobre el divorcio, ¿ya le preguntaste a la abuela?
Como ella no podía liberarse, solo pudo empujarlo con el codo.
-Ya lo hice hace tiempo, ¿lo olvidaste? En la noche que mencioné por primera vez el divorcio.