Capítulo 23
Alejandro no tenía intención de ser frío con sus palabras, pero su voz tenía la misma cualidad que su persona: clara y distante, con
un tono carente de calidez.
Después de la sorpresa inicial, Sofía no pudo evitar preocuparse, era mejor que Alejandro no la reconociera…
Carmen volteó bruscamente hacia Sofía, con los ojos brillando por la emoción.
Sofía le hizo señas con la mirada para que no dijera nada.
Santiago, para invitar a Alejandro a ver las carreras, había hecho su tarea previamente.
-No he escuchado de ese piloto, cuando tenga tiempo lo investigaré.
Alejandro respondió con indiferencia:
-No es necesario, ella ya no está en este mundo.
Solo estaba haciendo conversación casual, sin dirigir su atención hacia donde estaba Sofía.
Sofía suspiró aliviada; Alejandro no la conocía.
La carrera de autos de ese día tenía dos grupos, A y B, pero como Alejandro no tenía interés, se fue temprano.
Una vez que se fue el magnate, la reunión pronto se dispersó. Antes de irse, Rodrigo no olvidó recordarle a Carmen que le avisara
cuando llegara a casa. Ella había ido con su chofer, así que regresaría en el carro de Sofía.
Sofía aún no había encendido el motor cuando Carmen preguntó con impaciencia:
-¿Por qué me detuviste? Si Alejandro hubiera sabido tu identidad, ¡tal vez podríamos haber entablado una amistad con él!
Carmen no se había atrevido a acercarse porque no encontraba un tema adecuado para iniciar conversación, y forzar la plática sería contraproducente, pero la identidad de Sofía como piloto de carreras habría sido perfecta para eso.
De lo contrario, la próxima vez que se vieran sería igual que en la reunión: solo un saludo de cortesía y nada más. 1
Sofía explicó:
-Alejandro es el medio hermano de Diego por parte de padre, lleva el apellido de su madre, vive en Nueva Castilla y no tenemos
mucho contacto.
Esa frase contenía demasiada información, Carmen tardó unos segundos en procesarla.
-¡Entonces es pariente de tu familia!
Sofía habló con mucha precisión:
-Antes lo era.
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Carmen no pudo evitar abrir la boca por el asombro.
-¿Cómo nunca me habías contado esto?
-Alejandro asistió a mi boda con Diego, se quedó unos diez minutos y se fue, después nunca más lo volví a ver, por eso nunca te lo
mencioné.
-Ah, ya veo, entonces es prácticamente un extraño.
Sofía asintió.
-Como me divorcié de Diego, no quiero tener más contacto del necesario con la gente de su familia, por eso te detuve.
Excepto por Eduardo, Sofía rechazaba a cualquier persona relacionada con Diego. Carmen, después de entender los sentimientos
de Sofía, no la presionó más.
-Está bien, seguiré guardando tu secreto. De todos modos, tengo a Rodrigo, puedo preguntarle sobre Alejandro.
Luego, agregó:
-Pero no digas las cosas tan definitivamente, tal vez en el futuro quieras volver a las pistas, y las personas que te admiran se
sentirán atraídas hacia ti.
Sofía no tenía muchas ideas sobre el futuro, pero sonrió.
-Las cosas del futuro se verán después.
Carmen miró la hora.
-Todavía es temprano, voy a tu casa a visitarte.
La vez pasada, cuando regresaron del hospital, era muy tarde y no había podido ir.
Sofía estaba a punto de encender el motor cuando la pantalla grande fuera del circuito comenzó a transmitir las entrevistas.
La primera fue Valentina. Había sido la primera de su grupo.
El presentador gritó unas frases para animar al público, luego comenzó a hacer preguntas. Como aún faltaba la carrera del grupo B, las preguntas fueron simples y los pilotos respondieron rápidamente.
Sofía al principio no prestó atención, pero el presentador, de repente, dijo con tono misterioso:
-Todos deben haber notado que, durante la carrera, llevabas un hermoso collar de lirios. Quiero preguntarle en nombre de la audiencia: ¿qué significado especial tiene este collar para ti como para llevarlo a la pista?
En cuanto salió esa pregunta, todo el público se alborotó; sin importar dónde, a todos les gustan chismes.
Sofía se detuvo y miró en silencio la gran pantalla. Carmen notó su reacción y no la apuró para irse.
Valentina, frente al presentador, las cámaras y el público entusiasta, no se sintió intimidada en absoluto, compartió abiertamente
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con todos.
-No pensé que fueran tan observadores. Sí, este collar fue mi regalo de cumpleaños.
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