Capítulo 22
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En ausencia de Ares, el vínculo entre Theo y Charlotte se hizo más fuerte.
Charlotte ya se había dado cuenta de que Theo y Lisa no tenían una buena vida matrimonial. Theo rara vez hablaba de Lisa y cada vez que lo hacía, había una pizca de resentimiento en
su tono.
Su matrimonio fue complicado.
Charlotte nunca investigó más porque no estaba segura de que lo apreciaran. No quería parecer una vecina entrometida.
Por supuesto, Ares había enviado a algunos de sus corpulentos culturistas para proteger a Nichelle y a ella. A pesar de su complexión robusta, los hombres eran agradables.
Jonás también había venido. Se alegró de verlo y se dio cuenta de cuánto extrañaba a todos en la mansión.
Habían pasado cinco días desde la desaparición de Ares. Como siempre no hubo noticias suyas. Todavía tenía que responder a su mensaje de texto. Dicho esto, su ausencia ciertamente había aligerado el ambiente. Con él alrededor todo se fusionaba para sentirse
serio.
-Entonces, ¿cuándo llegará el Rey? -Theo le preguntó a Charlotte. En ese momento estaban en su pasillo, tomando café.
-¿Quién sabe? -ella se encogió de hombros con indiferencia y tomó un sorbo de su
cerveza.
-¿No lo sabes? -Theo preguntó con el ceño fruncido.
-Él no me dice nada -respondió ella con un dejo de irritación.
-Él es un poco extraño, ¿no? -Theo sonrió.
-¿Extraño? -resopló ruidosamente-. Creo que la palabra que estás buscando es raro – respondió.
Theo la evaluó con profundo interés. -Ahora, ¿por qué dices eso? -la provocó, mirando algo por encima del hombro. Su sonrisa se convirtió en una sonrisa malvada.
-¿Por qué? Seguramente sabes por qué. Tu amigo parece ser ajeno al concepto de sonrisa. Siempre está pensativo, siempre con el ceño fruncido. Incluso el clima cambia para variar, pero este hombre… No es una posibilidad. Y no hablemos por su mirada -comento.
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-No… continúa… ¿qué pasa con su mirada? Aunque tiene unos ojos hermosos -la instó
Theo.
-Bueno, son hermosos sólo hasta que no te miran. ¿Alguna vez lo has pillado mirándote? A veces estoy seguro de que van a disparar dagas. En cualquier momento vendrán girando hacia ti y te destrozarán. Ni siquiera es broma -afirmó Charlotte.
Theo se rió.
Charlotte se inclinó hacia adelante. -Dime, Theo, puedo apostar que fue arrogante cuando era estudiante -preguntó a Theo.
-Oh, no creerás que era el peor malvado que existe. Los nerds se esconderían de él -Theo sacudió la cabeza.
-Por supuesto, te creo. Tiene esa aura, ¿sabes? para que haga su tarea.
-Yo era un arrogante, no un idiota. Solía hacer mi tarea yo mismo
Charlotte se quedó helada cuando escuchó su familiar voz profunda. Mientras Theo parecía
divertido.
Charlotte sintió que el color le bajaba por la cara. ¿Cuándo vino y cuánto escuchó? Ella giró el cuello para mirarlo. De hecho, él estaba de pie en la puerta, con los ojos equipados con espadas fijos en ella. Como siempre, su rostro no traicionó ninguna emoción mientras mantenía el contacto visual.
Ella estaba pensando en qué preguntarle cuando él se giró y se dirigió hacia las escaleras.
Charlotte suspiró y dejó caer el hombro. Sus ojos se entrecerraron hacia Theo.
-¿Por qué no me lo dijiste? -ella replicó
-Créeme, su reacción valió la pena y la tuya incluso superó la suya -habló Theo entre risas.
Lisa se quedó sin aliento de sorpresa cuando Ares le dio el anillo que le había traído de Brasil. El anillo tenía incrustado un brillante diamante azul.
-Wow… ¿Es para mí? Lisa preguntó mientras le arrebataba el anillo, mirándolo con asombro.
-Por supuesto -respondió Ares, sonriendo.
Lisa deslizó el anillo en su dedo medio y lo levantó para que él viera: -¿Cómo se ve?
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-Hermoso -respondió Ares.
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Lisa le dedicó una amplia sonrisa y lo abrazó. -Gracias… me encanto -dijo mientras lo
acercaba.
Ares la rodeó con sus brazos en respuesta. Liso estiró el cuello y colocó sus labios sobre los
de él..
Ares correspondió. Obligado y decidido a no permitir que un simple enamoramiento arruine su oportunidad.
Charlotte es sólo una distracción, mientras que esta mujer en sus brazos es su objetivo final. Él y Lisa habían pasado juntos sus días oscuros. Ella estuvo ahí para él cuando estaba en su punto más bajo. Cinco años. La vida finalmente les ha concedido la oportunidad de volver a estar juntos y él no permitirá que cierta hechicera con brillantes ojos marrones y labios
deliciosos lo arruine.
Mientras tanto por otro lado…
-Sin duda, es azul y n***o -Charlotte cruzó los brazos debajo de sus pechos y afirmó.
-No, es blanco y dorado sin lugar a dudas -argumentó Theo con igual convicción.
Ambos estaban mirando un vestido en su teléfono en i********: que les parecía de diferentes
colores.
—
Charlotte entrecerró los ojos ante el vestido antes de sacudir la cabeza en desacuerdo. – Está claro como el día. Es azul y n***o. ¿Qué es exactamente lo que estás drogado? – respondió Charlotte, sin estar segura de por qué Theo no pudo verlo.
-Estoy drogado con la vida, que es algo cotidiano. Y no, este vestido es dorado y blanco. Mira, incluso miles están de acuerdo conmigo —se refirió Theo a uno de los nombres de usuario que había comentado debajo de la foto.
-Bueno, rusa no lo hagas -Charlotte se encogió de hombros mientras se refería a otro nombre de usuario que había dicho que era Azul y n***o. Se desplazaron hacia abajo, pero fue en vano. Uno de los nombres de usuario afirmó que era rojo y verde y quien diga lo contrario está maldecido por el mismo diablo.
-Nos acaban de llamar engendros del diablo -comentó Theo antes de que ambos se
echaran a reír.
Siguieron leyendo y se rieron juntos de los comentarios divertidos, durante mas de media hora.
Estaban lo suficientemente absortos como para no notar la presencia de Ares que acababa
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de entrar a la casa.
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Ares experimentó una punzada de irritación cuando los vio sentados tan cerca, pero decidió ignorarlo. Su risa, por muy hermosa que sonara, no le agradó como le fue a Theo. Pero no permitirá que eso lo altere. Esto tenía que parar.
Theo fue el primero en notar su presencia.
-Ares, ¿qué pasa? -lo llamó.
Ares vio por el rabillo del ojo con qué rapidez levantó la cabeza cuando Theo pronunció su nombre. Ares la ignoró y mantuvo sus ojos en Theo. Cuanto más se alejará, mejor.
-Tengo una pregunta para ti -Theo se puso de pie y se dirigió hacia él. Le mostró la foto-. ¿Cuál crees que es su color? -preguntó.
-Dorado y naranja -respondió Ares, preguntándose cuál era el truco.
-¿¿Ves? -Theo se volvió hacia Charlotte y sonrió con aire de suficiencia.
Ella puso los ojos en blanco. -Es claramente azul y n***o–sostuvo.
-La conclusión es que gané. Ahora, como habíamos acordado, vas a hacer el anuncio conmigo -le recordó Theo.
-¿Qué anuncio? -la pregunta salió volando de la boca de Ares por sí solo.
Theo lo miró, con un brillo travieso en sus ojos mientras se acercaba y susurraba: -Hemos lanzado una nueva protección, así que…
La línea de la boca de Ares se tensó.
-Está bien, lo haré -estuvo de acuerdo Charlotte, para total sorpresa de Ares quien le lanzó una mirada desconcertada.
La mujer parecía inquietantemente tranquila al respecto.
-¿Cuándo? -ella preguntó.
-Mañana te recogeré -respondió Theo y le guiñó un ojo a Ares.
Un músculo de la mandíbula de Ares se contrajo. Pasó a su lado y se dirigió hacia las escaleras. Sintió el calor de la ira hirviendo bajo su piel, pero había prometido no actuar en consecuencia, ¿no? Había prometido mantenerse alejado de esa hechicera.
El hombre cerró de golpe la puerta detrás de él y se quitó la chaqueta, sintiendo de repente calor. Se frotó la sien y caminó por la habitación en un intento de aliviar su creciente ira. ¿Un
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Capitulo 22
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anuncio de protección? ¿Cómo podría aceptar un anuncio de protección? Bueno, es algo bueno, ¿no? Cuanto más tiempo pasen juntos, mejor. ¿Pero por qué, en nombre del diablo, está tan molesto por eso?
Decidió darse un baño. Eso podría ayudar a enfriarlo.
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