Capitulo 20
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Capítulo 20
-Hasta ahora no has sido más que un completo fracaso le señaló Ares a Theo en tono disgustado.
Theo tomó un sorbo de su vino sin molestarse por ser el receptor de su mirada mortal.
-No lo llamaré fracaso. Nos hemos convertido en buenos amigos, pero, sinceramente, tu esposa es diferente -respondió Theo pensativamente.
-O tal vez no eres lo suficientemente encantador -ares puso los ojos en blanco.
Ante este comentario, Theo pareció ofendido. -Aún no han pasado dos meses. Verás que para entonces ella estará perdidamente enamorada de mí -afirmó Theo con confianza.
-Lo dudo -murmuró Ares para sí.
Todo esto se estaba yendo de las manos. Tenía que conseguir que ella se divorciara de él lo antes posible. Tres veces se sorprendió pensando en su beso de hoy. Sobre sus labios suaves y regordetes.
Eran tan tiernos, tan cálidos. Estaba seguro de que de sus labios habría rezumado vino dulce si los hubiera mordido. Que jugosos se habían sentido. Y no comencemos con su aroma floral. Cuatro veces, la comprensión lo golpeó como una tonelada de ladrillos.
Mierda. No estuvo bien. Y lo que lo alarmó aún más fue el hecho de que su ausencia le resultaba irritante. Él era consciente de que ella se estaba escondiendo de él después de ese incidente del beso. Eso no debería molestarle, ¿verdad?
-Sal con ella hoy. Pasa un tiempo a solas con ella. Hazle creer que eres la elección correcta. Y hazlo lo antes posible -dijo Ares.
Todo estaba planeado. El trato ya estaba hecho. Nada puede arruinarlo ahora. No permitirá que una atracción momentánea afecte su plan de volver con su amor.
Lisa hizo el giro final y luego hizo una elegante reverencia con una sonrisa en su rostro.
Ares la miró impresionado.
-¿Cómo fue? -Lisa preguntó mientras se dirigía hacia él.
Ares rastrilló su cuerpo. Ella se estaba poniendo su vestido de ballet.
-Sigue siendo la mejor -comentó Ares mientras se sentaba en su regazo.
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Capitulo 20
Lisa le rodeó el cuello con los brazos y le besó el labio.
-¿Sigo siendo tu bailarina favorita? -ella buscó la verdad en sus ojos.
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-Siempre lo has sido -Ares pasó sus dedos por su cola de caballo.
Ella estaba haciendo ballet en el escenario cuando la vio por primera vez. La forma en que su delgado cuerpo se había flexionado y doblado lo había dejado asombrado. La atracción fue instantánea por ambos lados.
Pero los incidentes que siguieron consolidaron sus sentimientos.
-¿Café? -preguntó Lisa.
Ares asintió en respuesta.
Lisa se levantó y fue a la cocina a prepararles café.
Mientras tanto, Ares tomó su teléfono y miró la hora. Ya eran las 7 de la tarde y todavía no habían regresado. Theo había llevado a Charlotte de compras. Ya eran más de cuatro horas.
Él no la llamó. Por supuesto que no lo hará. No tenía intención de correr ningún tipo de riesgo. ¿Qué pasa si ella juzga mal y empieza a creer que a él le importa?
-¿Sabes dónde están? -Ares preguntó a Lisa mientras regresaba con dos tazas en la mano.
-Theo nunca me dice nada. Casi no hablamos. Conociéndolo, debe estar seduciendo a tu esposa en este momento -había un toque de desprecio en su tono cuando afirmó.
Lisa dejó la taza sobre la mesa y se sentó a su lado. Por alguna razón, a Ares no le gustó la parte de seducir.
-Ella no es tan fácil de seducir las palabras salieron solas de la boca de Ares.
-Theo es un profesional. Incluso puede encantar una piedra con sus dulces palabras – sonrió Lisa sin humor mientras revolvía su café.
Ares no continuó la conversación. Se fue poco después de mal humor.
Charlotte regresó a casa a las 11 de la noche. Se alegró de que Theo lograra convencerla de hacer el recorrido con él, de lo contrario se habría perdido tanta belleza que este ritmo tiene para ofrecer. Mientras estaban allí, también habían hecho un viaje corto a la ciudad. Sin duda fue un viaje divertido.
-Gracias. Realmente lo disfruté le dijo Charlotte.
-Suena muy parecido a una cita -sonrió Theo.
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C Capitulo 20
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Charlotte negó con la cabeza. No, no fue una cita. Eran sólo dos amigos saliendo juntos. Ambos estamos casados, ¿recuerdas? -ella le recordó y abrió la puerta.
-Puedo llevarte adentro–ofreció Theo.
-No, gracias, ya me las arreglaré. Sólo saca mi silla de ruedas–le pidió.
Theo sacó su silla de ruedas del coche. Ella se decidió y le dio las buenas noches.
La casa estaba sin luz. Todo el mundo estaba dormido, pensó. Ella silenciosamente abrió la puerta y entró.
La mujer encendió la linterna de su móvil y comenzó a girar hacia su habitación cuando una voz profunda resonó en la habitación.
-Finalmente recordaste que tienes una casa, ¿eh?
Ella hizo una mueca ante el veneno que goteaba de la voz.
Ross U.
Disfrutaron el maratón¡¡?? Ahora me toca leerla a ustedes, no olviden de compartir sus opiniones en la sección de comentarios..
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