Capitulo 10
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Charlotte esperaba que todas sus dudas fueran infundadas. Cuánto había llorado la noche anterior sus ojos todavía estaban ligeramente rojos e hinchados.
Ella miró el auto que seguía su auto. Era un riesgo seguirlo, pero aún no lo había sospechado. Debe estar atrapado en algo para no darse cuenta.
El coche se detuvo frente a un hospital. Sus cejas se fruncieron en confusión cuando lo vio bajar del auto. Se abotonó la chaqueta y camino hacia la entrada con sus largas piernas.
Charlotte estaba más que confundida.
¿¡Qué estaba haciendo aquí!?
Le dio dinero al conductor y bajó. El conductor la ayudó en silla de ruedas antes de partir.
Ares ya había desaparecido. Subió a la recepción. La señora de la recepción la miró con curiosidad. Haciendo caso omiso de su mirada, Charlotte le preguntó a la mujer a quién estaba visitando Ares King. La mujer se negó a compartir los detalles, pero cuando ella confirmó que era su esposa, lo contó.
Charlotte se sorprendió al escuchar la verdad. Nerviosa se dirigió a la habitación. La seguridad era de primer nivel, pero la dejaron pasar porque era su esposa. Pero ella sabía que le iban a informar pronto.
Tenía que conocerla antes de eso.
La enfermera le abrió la puerta y la hizo entrar.
Los ojos de Charlotte escanearon la habitación que no parecía una habitación de hospital desde ningún ángulo. Parecía que esta habitación había sido cortada de una lujosa mansión. Sus ojos escanearon la opulenta habitación y se posaron en una figura sentada en un rincón, perdida en su propio mundo.
Charlotte estaba asombrada. Ella nunca lo habría adivinado.
-Nic.. -llamó Charlotte en el tono más suave posible. En respuesta, un par de cálidos ojos marrones se dirigieron hacia ella.
Ares estaba en hablando con el director del hospital, cuando su celular sonó. Su ceño se frunció cuando vio el número. Fue el médico.
Levantó la silla y salió. El director lo vi irse con la boca abierta.
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Capitulo 10
-¿Hola? -dijo Ares en su tono profundo.
-Señor, su esposa está aquí -le dijo el médico.
-¿¡Qué!? -la voz de Ares resonó en el pasillo vacío.
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Una ira fundida lo recorrió mientras se dirigía a toda velocidad hacia la habitación. Su ira se dirigió hacia una mujer. Esta mujer estaba poniendo a prueba su paciencia. Él claramente le había dicho que no metiera las narices en sus asuntos, pero ella parece demasiado tonta para entenderlo.
Empujó la puerta para abrirla con un poco más de fuerza, sorprendiendo a los ocupantes. Charlotte saltó en su lugar mientras Nichelle la abrazaba, asustada por el repentino ruido,
Ares sintió que le hervía la sangre cuando vio a Charlotte con su hermana.
Charlotte le devolvió la mirada, luciendo nerviosa, mientras que Nichelle había escondido su rostro en su hombro, todavía asustada.
Si las miradas mataran, Charlotte estaría a dos metros bajo tierra en este momento. A pesar del fuerte palpitar de su sangre. Ella parpadeó y se centró en Nichelle.
-No tengas miedo. Es tu hermano Ares -le susurró a Nichelle.
Ares la miró entrecerrando los ojos. Nichelle se alejó vacilante de Charlotte y miró a Ares a través de sus espesas pestañas. Una sonrisa inocente se dibujó en su rostro cuando vio a Ares. Se separó de Charlotte.
-Ares -exclamó con alegría.
Por un momento, no, por una fracción de momento, los rasgos de Ares se suavizaron mientras miraba a su hermana. Y Charlotte lo captó, la pequeña inclinación de sus labios y la suavidad de sus ojos, que estaban reservados sólo para las personas que valoraba: Aunque no sonreía, tampoco estaba pensativo. Sus propios labios se torcieron en una sonrisa mientras se maravillaba ante su suave expresión.
Y luego sus ojos se dirigieron hacia ella. Toda suavidad desapareció en un instante. Su mirada se endureció y su mandíbula comenzó a hacer tictac. Charlotte tragó, teniendo en silencio el momento siguiente. Más aún cuando él camino hacia ella a zancadas largas y rápidas y tiró bruscamente de ella por el codo, provocando que un grito de sorpresa saliera de su garganta. Su rostro se contrajo por la incomodidad cuando sintió un dolor agudo subiendo por sus piernas tambaleantes. Pero Ares, cegado por la ira, no se dio cuenta. -¿¡Qué carajo crees que estás haciendo aquí!? -ladró, mirándola a los ojos empañados.
-Yo…yo… Charlotte buscó a tientas las palabras.
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-Ares, déjala… Ella es amable… y muy linda -Nichelle arrugó la nariz, no le gustaba la forma en que Ares estaba tratando a Charlotte.
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El agarre de Ares alrededor de su brazo se hizo más fuerte. La arrastró afuera, sin importarle que tuviera dificultades para caminar
La estrelló contra la pared. Ella hizo una mueca, pero el dolor fue reemplazado por miedo cuando notó su forma gigante elevándose sobre ella.
-¿¡Cómo te enteraste de ella!? -interrogó con los ojos entrecerrados. El veneno se filtró a través de sus palabras.
Charlotte no estaba segura de que decir ahora. No estaba segura de que él se tomaría a la ligera el hecho de que ella lo estaba espiando. Charlotte abrió la boca para hablar, pero..
-Quiere verlos a los dos -informó el médico en tono urgente, mirando entre ellos.
Charlotte respiró aliviada cuando la atención de Ares se centró en el médico. Ignorando su presencia, giró sobre sus talones y entró en la habitación, Charlotte gimió de dolor mientras intentaba dar un paso adelante. Una enfermera que la sorprendió luchando se acercó para apoyarla. Ella ofreció su sonrisa agradecida, la tomó del hombro y entró en la habitación.
Nichelle estaba teniendo uno de sus ataques. Los médicos intentaban controlarla mientras ella se retorcía salvajemente, llorando y gritando. Las lágrimas corrían por sus mejillas sonrojadas.
-Déjala -ordenó Ares, con expresión de dolor mientras miraba a su hermana pequeña.
Los médicos la dieron de alta al instante y dieron un paso atrás. La chica atacó a Ares y empezó a golpearlo.
-Te dije que no la lastimaras… Déjala en paz déjala en paz -Nichelle se enfureció repetidamente.
Ares no parecía molesto; de hecho, parecía dolido cuando su hermana le golpeó el pecho repetidamente. Había algo muy emotivo en esta escena.
Charlotte sintió que las lágrimas invadían sus ojos. Camino hacia adelante, sin importar cuánto le doliera, y agarró las manos de Nichelle antes de que pudieran golpearlo de nuevo. Nichelle se volvió hacia ella y sus ojos se abrieron con sorpresa.
-Él no me lastimo, solo estaba preocupado por ti. Estoy bien mira -Charlotte le sonrió gentilmente a la chica de 20 años.
La chica olvido su enojo y una sonrisa apareció en su rostro, se giró y la rodeo con sus brazos.
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Ares notó que ella hacia una mueca cuando Nichelle puso su peso sobre ella
-Pensé que te habías ido -dijo Nichelle.
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-No. Estoy aquí. Somos amigas, ¿recuerdas? Y las amigas no se dan por vencidas la una con la otra -le recordó Charlotte.
Sin que ella lo supiera, Ares observaba todo con expresión estoica. Su mirada penetrante se centró en Charlotte mientras ella consolaba a su hermana pequeña.
Nichelle se alejó, sonriendo de oreja a oreja.
-¿Todavía somos amigas? -preguntó Nichelle.
Charlotte asintió. A estas alturas le dolían muchísimo las piernas, así que se sentó en la silla de ruedas y solo entonces respiró aliviada.
Nichelle se rió y aplaudió emocionada
Ares dio un paso adelante y acarició el cabello de Nichelle, llamando su atención. Nichelle le sonrió, ya olvidada de su enojo.
-Hermano, ahora tengo una amiga. ¿No es hermosa? -al decir eso, Nichelle volvió su rostro hacia Charlotte, sonriendo ampliamente quién le sonrió antes de desviar su mirada hacia él.
Ella quiere saber. ¿El piensa que ella es hermosa?
Pero Ares sólo tenía ojos para su hermana. Él no respondió a su pregunta, solo continuó estudiando a su hermana con una expresión amable.
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