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Amor 21

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Capítulo 21 

En los últimos tres días. 

Eran como una familia más común de tres miembros. 

Por la mañana salían a pasear, al mediodía Ramón cocinaba, y por la noche se acurrucaban juntos en el sofá para ver la televisión. 

Todo era ordinario y cotidiano. 

Pero Lidia notó que el semblante de Ramón empeoraba cada vez más. 

En varias ocasiones, apenas terminaba de comer y ya iba a vomitar. 

Lidia no pudo contenerse y le preguntó: -¿Estás enfermo? 

Pero Ramón sonrió: -Lidia, ¿te preocupas por mí? 

Lidia le respondió sin rodeos: -No exactamente, solo te pregunto. Si no te sientes bien, Ana y yo nos iremos antes. No hay necesidad de molestarte. 

-No. 

Ramón la rechazó de inmediato: -No. 

-Hemos acordado un mes, solo un mes, todavía no ha terminado. 

Al verlo tan insistente, Lidia no tuvo más que decir. 

De todos modos, solo faltaban pocos días, pasarían en un abrir y cerrar de ojos. 

El último día del acuerdo llegó rápidamente. 

Ese día, Ramón se puso un traje, se arregló el pelo y las llevó a un restaurante para una gran cena. 

Reservó toda la planta del restaurante. 

A mitad de la cena. 

Él señaló hacia la ventana: -Miren allá. 

Lidia y Ana alzaron la vista juntas. 

En el siguiente segundo, los fuegos artificiales estallaron. 

Eran Brillantes y deslumbrantes. 

En medio de los ruidos, Ramón preguntó: -¿Recuerdas qué día es hoy, Lidia? 

Lidia bajó la cabeza y chequeó la fecha. 

Capitulo 21 

Era el aniversario de su relación con Ramón. Antes, le encantaba celebrar este tipo de fechas, pero eso 

era solo del pasado. 

Ella dijo: -No lo recuerdo. 

Ramón parecía un poco decepcionado, pero dijo: -No importa, de todos modos esto es… la última vez. 

Cuando los fuegos artificiales terminaron, sacó un documento y lo puso frente a Lidia. 

Ella lo echó un vistazo y vio las grandes palabras “Transferencia de activos”. 

Frunció los ceños y preguntó: -¿A quién le vas a transferir los activos? 

-A ti y Ana. 

-Esta vez no me rechaces, Lidia. Ana es mi… ¿A quién más se lo daría si no a ella? 

-Firmalo, tengo mucho dinero, no puedo gastarlo todo. 

Bajo su insistencia, al final Lidia lo firmó. 

Si él quería darle bienes a Ana, ella los guardaría primero hasta que creciera, también sería una garantía para ella. 

Al terminar la cena, Lidia recibió un mensaje. 

Provenía de Mateo. 

Él había regresado al país hace tiempo para resolver algunos asuntos, ya los había solucionado y le preguntó si quería volver al extranjero juntos. 

Lidia le respondió rápidamente: -Bien, nos vemos mañana en el aeropuerto. 

Ya era muy tarde de la noche cuando regresaron a casa. 

Ana, agotada de jugar, se quedó dormida rápidamente. 

Cuando Lídia estaba a punto de dormirse, de repente oyó un ruido en la puerta. 

Era muy sutil, pero lo oyó. 

Luego, sintió que alguien se acercaba a ella. 

Entreabrió los ojos en la oscuridad y, con la tenue luz que entraba por la rendija de la puerta, vio una figura parada frente a su cama. 

Esa sombra se inclinó y la besó en la frente. 

Era muy ligero, suave y tierno. 

Luego, esa sombra se acercó a Ana y también besó su frente. 

Después, la sombra permaneció de pie junto a ellas por mucho tiempo. 

Capitulo 21 

Estaba allí tanto tiempo que Lidia casi se enfadó, por fin él salió de puntillas otra vez. 

A la mañana siguiente, el cielo apenas comenzaba a clarear. 

Ramón las llevó al aeropuerto. 

Acaban de llegar, Mateo las recibió como si hubiera estado esperando mucho tiempo, tomando el equipaje de Lidia enseguida. 

El viento matutino era bastante fuerte, y él se quitó su chaqueta para ponérsela a Lidia. 

Ramón vio todo esto. 

Pero no dijo ni una sola palabra, permaneciendo en silencio raramente. 

Así, los vio alejarse a los tres. 

Lidia solo miró hacia atrás cuando ya estaba muy lejos. 

Él seguía allí, inmóvil, con su frágil figura que parecía que el viento podría derribar. 

En realidad, ella ya lo sabía. 

Ella vio el informe de diagnóstico por casualidad en su cajón. 

Él tenía cáncer de estómago, ya estaba en la etapa avanzada. 

En los últimos cinco años, no se cuidó bien a sí mismo. 

Pero todo esto ya no tenía nada que ver con Lidia. 

En el futuro, tendrían que vivir sus vidas respectivamente. 

No era necesario volver a verse. 

[Fin] 

 

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Status: Ongoing
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