Switch Mode
Home › Por que › Por que 388

Por que 388

Por que 388

Carlos la miró. Ya estaba al borde del colapso. 

+25 BONUS 

-¡Ya me enteré de todo! Papá y mamá murieron¡y tú no eres mi hermana de sangre! Mi hermana nunca me abandonaría-Sollozó agitado. 

Celia se quedó pasmada por unos segundos. Al verlo retroceder otro paso, incluso sus manos comenzaron a temblar de susto. 

-¡Carlos! ¡Yo nunca te he abandonado! Sin importar quién sea yo, en mi corazón, tú siempre eres mi hermano. Hemos pasado veinte años juntos y crecimos juntos, ¿no? ¿Vas a negar nuestra relación? 

La expresión de él parecía aturdida y perdida. 

-Pero Sira me dijo que… 

Celia dio un paso adelante y lo interrumpió: 

—No sé qué te dijo, pero, ¿vas a confiar en sus palabras? Estuviste meses en coma ¡y ella era la culpable detrás de todo lo ocurrido a nuestros padres! ¡Lo recuerdo todo! ¡Recuerdo cada detalle de esos supuestos accidentes! ¡ Haré que ella pague el precio! 

Carlos se quedó quieto, sin decir nada más. Aprovechando el momento, ella continuó acercándose. 

—¡Eres la única familia que me queda! ¡Y tú eres el último miembro de la familia Sánchez! ¿También vas a abandonarme? 

Carlos permanecía perdido en sus pensamientos. En ese momento, un bombero asegurado con un arnés subió por el otro lado y, casi antes de que Carlos pudiera notarlo, lo jaló con fuerza. Ambos cayeron al suelo, de vuelta a la seguridad, pero aun así el bombero todavía lo sujetó con firmeza. Al final, Carlos también dejó de resistirse. 

*** 

Una vez que lo rescataron, Ana y el personal médico lo llevaron de vuelta a su habitación. Celia, como familiar a cargo, tuvo que quedarse para comunicarse con la policía y los bomberos. Ella les expresó su gratitud por la ayuda. Poco después, la policía y los bomberos se fueron. Ella también iba a dejar la azotea cuando notó que Nicolás todavía estaba ahí, esperándola. 

-¿Doctor Gómez? —Se acercó a él—. ¿Por qué aún sigues aquí? 

-Te estoy esperando. 

Ella se sorprendió. Recordó algo y sacó una caja de su bolso. 

-Ah, por cierto, este es un regalo para ti. 

-¿Es un encendedor? 

Nicolás alzó una ceja. Celia iba a entregárselo, pero su movimiento se detuvo en seco cuando lo escuchó. Ella levantó la cabeza y también lo miró con confusión. 

1/3 

Capítulo 388 

-¿Por qué sabes qué es mi regalo? 

-Pues, Dylan me lo dijo -respondió sin dudarlo. 

Celia se contuvo para no poner los ojos en blanco¡Ese tipo la había estado tomando el pelo! 

Pero, Nicolás tomó la caja de sus manos, la abrió y la miró. Sonrió cantes de darle las gracias. 

-Tienes buen gusto. 

+25 BONUS 

Ella iba a decir algo cuando César apareció en la entrada del ascensor. Ella no sabía cuándo había llegadoÉl solo estaba de pie frente a las puertas, con su mirada clavada en la caja que Nicolás sostenía en su mano. 

Al verla así, Nicolás también volvió la cabeza. Celia retiró la mirada, sintiéndose un poco culpable, sin atreverse a mirarlo a los ojos. Sí, le había mentidopero él también le había mentido a ella, ¿no? Entonces, ¿por qué ella debería sentirse avergonzada? Ella apretó los labios y se dirigió hacia Nicolás: 

-Doctor Gómez, me voy. Tengo que cuidar a mi hermano. 

-Claro. Le sonrió. 

Al terminar de hablar, se fue hacia los ascensores. César la esperaba. Cuando ella entró, él miró una vez más a Nicolás. Apretó los dientes y su expresión se tornó sombría. Una vez dentro del ascensor, después de que la puerta se cerró, ninguno de los dos habló. Un silencio absoluto se apoderó del espacio. 

Celia ni siquiera sabía en qué ella misma estaba pensando. Solo estaba distraída. César, quien estaba a su lado, se aflojó el cuello de la camisa y rodeó su cintura, la empujó contra la pared, sellando sus labios con los suyos. 

Tomada por sorpresa, todo su cuerpo se tensó. Cuando ella reaccionó, él la besaba con locura, como si estuviera desahogándose. Los labios de Celia le dolían. Ella intentó empujarlo, pero no pudo liberarse tras varios intentos. Solo cuando ella dejó de resistirse, él se separó. En los ojos de César se veía una profunda desolación. 

-¿Por qué me mentiste? -preguntó. 

Celia apretó los labios y guardó silencio. En ese momento, las puertas del ascensor se abrieron. Cuando ella logró empujarlo con nerviosismo, dos enfermeras afuera los vieron. Una de ellas la reconoció. 

-¿Ddoctora Sánchez? 

Celia le respondió con un breve gesto y luego salió del ascensor. 

*** 

Ella se fue a la habitación de Carlos. Para evitar otro intento de suicidio, Ana se había quedado vigilándolo todo el tiempo. Al ver entrar a Celia, se levantó. 

-Celia. 

-Gracias por quedarte -le respondió. 

Ana se hizo a un lado mientras hablaba: 

De nada. Bueno, los dejo a solas. Tengo que volver al trabajo. 

2/3 

Capitulo 388 

+25 BONUS 

Después de que se fue, Celia se sentó al borde de la cama. Carlos, desolado, estaba recostado contra la cabecera. Tras un largo silencio, habló de nuevo con su voz terriblemente ronca: 

-Celia, ¿papá y mamá murieron? 

Para él, solo había dormido un largo sueño y, al despertar, sus padres habían fallecido y su hogar se había esfumado. Para cualquiera, eso sería un golpe devastador, también una pesadilla. Celia bajó la mirada, sin valor de darle la respuesta. 

Carlos entendió todo. Se secó las lágrimas en silencio. Celia puso su mano sobre la suya para consolarlo. 

-Carlos, aún me tienes a mí. Yo seguiré siendo tu hermana, para siempre. 

Antes de que pudiera hablar, una figura apareció en la puerta. Al ver a César, la agitación volvió a inundar a Carlos. 

—¡Fuiste tú quien defendió a esa maldita de Sira! ¿Cómo te atreves a aparecer aquí? ¡No vengas a verme con esa falsa compasión! ¡No la necesito! -gritó a todo pulmón. 

Por que

Por que

Score 9.9
Status: Ongoing Type: Native Language: English
Por que

Comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset