CapÃtulo 376Â
+25 BONUSÂ
—Ok. Pero el médico dijo que se habÃa quedado un poco asustado. Estrella temÃa que Sira intentara asesinarlo de nuevo, asà que, sin consultarte primero, lo trasladamos a nuestro hospital.Â
Los ojos de Celia ya estaban llenos de lágrimas.Â
-Ana, estoy tan agradecida por su ayuda, mucho…Â
-No hay de qué, mi amiga.Â
-Pero Sira probablemente también te reconoció a ti. Intentaré regresar a Rivale en los próximos dÃas. Mientras tanto, evita cualquier enfrentamiento directo con ella, ¿entendido? -recordó Celia.Â
-Entendido -Ana asintió y añadió tras una pausa-. Por cierto, Nicolás y Dylan también ayudaron mucho en lo de hoy. Montaña Dorada ya está investigando. Revisarán las grabaciones de las cámaras de seguridad.Â
Celia no esperó esa información. Bajó la mirada.Â
-Bien.Â
Al terminar la llamada, Celia se volvió y encontró a César apoyado en el marco de la puerta. ParecÃa haber oÃdo todo.Â
-Sira no es tan fácil de manejar como crees.Â
Celia lo miró y de pronto se rio con sarcasmo.Â
-Ya la dejaste escapar varias veces. Lo que dijiste ya no importa ahora.Â
Ella iba a marcharse cuando César tomó su brazo y habló con calma:Â
-Después de ayudarte a ingresar a Carlos en Montaña Dorada, Ben bloqueó la noticia. Incluso a mà me costó trabajo localizarlo. Es imposible que Sira tuviera esa información con facilidad.Â
Ella se detuvo en seco, entrecerrando instintivamente los ojos. César tenÃa razón. Cuando ella llevó a Carlos a Montaña Dorada, nadie más lo sabÃa. Sira, menos aún. Era imposible que hubiera investigado especÃficamente el paradero de Carlos solo para causarle problemas a ella.Â
-Al principio pensé que la única persona detrás de ella era Alfredo, pero después de que él me confesó ciertas cosas, supe que no era tan simple.Â
Celia se volvió hacia él.Â
-¿Qué te confesó él?Â
César bajó la mirada, con su expresión tornándose seria.Â
-Sira aceptó el dinero de mi abuela en aquel entonces porque estaba embarazada. Pero durante el tiempo que salimos, nunca tuve ninguna relación con ella. Ella habÃa estado en Rivale hace mucho, precisamente para someterse a un procedimiento para salvar el embarazo en Rivale. Pero nunca me mencionó tener parientes o amigos en esta ciudad.Â
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Capitulo 376Â
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Celia se liberó de su mano.Â
-Te mintió, y por eso no puedes aceptarlo.Â
-Este no es el problema. Es que estoy pensando que, si se me acercó con un propósito desde el principio, entonces definitivamente hubo alguien más planeando las cosas detrás de ella -explicó él.Â
-¿Por qué estás tan seguro de que hay alguien detrás de ella?Â
César retiró la mirada y la clavó en sus ojos.Â
-Dijo que era huérfana, que solo tenÃa un padre adoptivo. Pero investigué sus antecedentes y su padre adoptivo era un jugador empedernido y arruinado. ¿De dónde sacaba dinero para vivir en un barrio de ricos?Â
Antes, él nunca habÃa intentado investigarla a fondo. Pero ahora, las mentiras de Sira habÃan quedado descubiertas poco a poco, revelándole el verdadero lado de esta mujer. Finalmente, él entendió lo terriblemente equivocado que habÃa estado.Â
Celia guardó silencio, perdida en sus pensamientos.Â
—Aparte de tú y de los contactos de Ben, probablemente nadie más conocÃa el paradero de Carlos en el sanatorio -dijo él.Â
Ella lo miró y dudó:Â
-¿Estás sospechando de la gente de mi hermano?Â
-El intercambio de los resultados de tu prueba de parentesco fue precisamente una obra de la gente cercana a él.Â
Sus palabras dejaron a Celia sin argumentos. De pronto, recordó lo que Ben le habÃa dicho: la persona que manipuló los resultados fue Beatriz. ¿TendrÃa Sira alguna conexión con Beatriz también? Antes de que pudiera procesar la información, Marta y VÃctor se acercaron.Â
-César, no estás bien de salud. ¿Por qué te quedas ahà parado en el pasillo? -dijo Marta, lanzando una mirada significativa a Celia.Â
César pasó un brazo sobre los hombros de Celia y mintió con naturalidad:Â
-Acabamos de regresar de hacer unos exámenes.Â
Celia se quedó aturdida por unos segundos, mientras Marta la observaba detenidamente.Â
-Ah, ¿sÃ?Â
”Â
Capitulo 377Â