Capitulo 344Â
+25 BONUSÂ
CapÃtulo 344Â
Un zumbido agudo llenó los oÃdos de Celia, ahogando todos los sonidos a su alrededor. Poco a poco, recuperó la conciencia. Sentia que estaba suspendida en el aire, con su visión invertida. El auto habÃa quedado patas arriba. Del tanque de combustible goteaba lÃquido, desprendiendo un olor fuerte.Â
Cuando Celia recuperó por completo la lucidez, y lo primero que vio fue la cara manchada de sangre de César.Â
-¡César! -lo llamó.Â
El zumbido en sus oÃdos persistÃa. Ella no podÃa oÃr su propia voz. Extendió la mano, tocando al hombre atrapado e inmóvil en el asiento del conductor. Aguantando el dolor en su brazo, primero se desabrochó el cinturón de seguridad. Una vez que logró reacomodarse, le golpeó suavemente la mejilla para despertarlo.Â
-César, despierta. No te duermas. Tú…Â
En ese momento, su mirada se clavó en un fragmento de vidrio incrustado en un lado de su pecho.Â
Su camisa negra ya estaba empapada de sangre…Â
El olor dentro del auto se volvÃa cada vez más intenso, causándole náuseas. Ella ya no se permitió pensar más. Tiró del cinturón de seguridad que lo sujetaba con fuerza. Pero, como el impacto habÃa sido en el lado del conductor, sus piernas estaban atrapadas bajo el asiento deformado. Era imposible moverlo.Â
Ella apretó los dientes. Usó el martillo de emergencia y rompió la ventanilla. Abrió la puerta manualmente y salió arrastrándose del auto.Â
En ese momento, un vehÃculo que pasaba se detuvo. Una pareja bajó del auto. La mujer tomó su celular y llamó a una ambulancia, mientras el hombre se acercó para ayudar a Celia a salir del auto.Â
-¡El auto está perdiendo combustible! ¡Aléjate! -gritó el hombre.Â
-¡TodavÃa hay una persona en el auto! ¡Tengo que salvarlo!Â
Celia mantuvo la calma. Le preguntó al hombre:Â
-Señor, ¿tiene un gato hidráulico?Â
-¡SÃ, en el baúl!Â
-¡Démelo, por favor!Â
CelÃa tomó el gato y, sin perder un segundo, regresó al auto volcado. Usándolo, separó el tablero del asiento del conductor para crear un espacio suficiente para el rescate. Luego, pasó los brazos por sus axilas y, con cuidado de no presionar su pecho, comenzó a arrastrarlo hacia afuera.Â
La pareja, tras vacilar un instante, decidió acercarse para ayudar. Apenas lograron llevar a César a una distancia segura, el auto estalló en llamas.Â
Pronto, la ambulancia y la policÃa llegaron a la escena. Celia permaneció arrodillada junto a César, intentando contener la hemorragia. Por casualidad, uno de los paramédicos que bajó la reconoció.Â
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Capitulo 344Â
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-¿D-doctora Sánchez?Â
Celia no tuvo tiempo para charlas. Le informó con calma:Â
-¡Objeto extraño en el tórax y pérdida masiva de sangre! ¡Necesita reanimación inmediata!Â
Con la ayuda de la policÃa, la ambulancia llegó a la sala de emergencias de la ClÃnica Central de la Capital en solo diez minutos. Le colocaron una mascarilla de oxÃgeno a César; su presión arterial y pulso eran peligrosamente bajos. El personal médico activó de inmediato el canal prioritario y lo llevaron al quirófano. Celia se detuvo frente a las puertas del quirófano. Aún asustada, temblaba incontrolablemente.Â
-¡Celia!Â
Samuel, al enterarse de la noticia, llegó apresuradamente. Al verla en ese estado, le preguntó muy preocupado:Â
-¿Tú también estás herida?Â
-Son solo rasguños -le respondió Celia con voz ronca, los labios secos y pálida-. Él está mucho peor. No estoy segura de si ese vidrio alcanzó su corazón…Â
Solo iban de camino al Registro Civil para divorciarse… Nunca imaginaron que algo asà sucederÃa. Si ella no se hubiera despertado, o si no hubiera encontrado a esa pareja, probablemente ambos habrÃan muerto en ese accidente.Â
Samuel mantuvo la calma y le dijo:Â
-Contacté al mejor cirujano de la capital. Ya está en camino. Lo urgente ahora es determinar la extensión de susÂ
heridas.Â
Celia asintió aturdida. La puerta del quirófano se abrió. El médico principal que habÃa atendido a César salió.Â
-Director López.Â
-¿Cuál es su estado?Â
-La condición del paciente es crÃtica. Primero necesita una pericardiocentesis para aliviar el taponamiento cardÃaco; luego, le controlaremos la hemorragia y le repondremos un suficiente volumen de sangre. De lo contrario, podrÃa entrar en shock en cualquier momento. Pero se necesitan los procedimientos de examen correspondientes. Sin los documentos, el cirujano no se atreve a operar…Â
CelÃa arrugó la frente.Â
-Esos exámenes llevarán demasiado tiempo. Y, en su estado, si lo movemos, las lesiones podrÃan empeorar…Â
-Olviden los procedimientos. Yo me hago responsable ante las autoridades, incluso si eso me cuesta mi puesto. Salvar su vida es lo primordial-dijo Samuel, haciendo un gesto con la mano-. Ya contacté al doctor Rubén Moreno. Es especialista en cirugÃa cardÃaca y él realizará la operación.Â
Poco después, Rubén llegó al quirófano. Se vistió con la ropa estéril con rapidez. Después de que Samuel le dijo algo al oÃdo, él asintió con la cabeza.Â
-No se preocupen.Â
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