Por que 236

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Capitulo 236 

Capítulo 236 

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Después de separarse de Celia, Dylan se dirigió a la oficina de Nicolás. Nicolás notó al instante su nariz enrojecida y el pequeño tapón de algodón en su fosa nasal izquierda. 

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—¿Qué te pasó? le preguntó algo confundido. 

Dylan se dejó caer en el sofá. 

-Adivinalo. 

-No me interesa. 

-¡Eres un aburrido! -Dylan se recostó―. Hoy supe que Celia se casó joven. Y su exmarido la está acosando. Me crucé con ellos, intenté intervenir y, sin darme cuenta, terminé así… 

Nicolás tapó su pluma y la dejó de lado. 

-Técnicamente, aún no son ex. No se han divorciado formalmente. 

-Bueno, más o menos, algo así… -respondió Dylan sin pensarlo. 

De pronto se dio cuenta de algo y se incorporó de golpe. 

-Espera, ¿cómo lo sabes? 

Nicolás se levantó para arreglar sus archivos, ignorando su pregunta. Dylan entrecerró los ojos con una expresión extraña. 

—Ah… Ya entiendo. ¿La estás observando a escondidas? 

– No. 

Al escuchar su negativa, Dylan se encogió de hombros. 

-Es una belleza tan deslumbrante. Lástima que tú ya no tienes oportunidad. 

Nicolás lo miró de reojo. 

-¿Acaso tú sí? 

Dylan se quedó sin palabras por unos segundos antes de replicar: 

-¡No digas tonterías! Sí, es bonita, pero no es mi tipo. 

Nicolás no dijo nada más. Tomó su portátil y su maletín, dispuesto a irse. Dylan también se puso de pie. 

— Hombre, ¿te vas tan temprano? 

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Coptulo 236 

-Hoy me mudo. 

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El fin de semana, después de almorzar, Celia y Estrella fueron a jugar bolos. Celia rara vez jugaba y no estaba familiarizada con las reglas. Estrella, en cambio, era bastante experta. 

-¿Eres tan buena! -exclamó Celia. 

No obstante, Estrella pareció avergonzada por el elogio. 

Suelo venir cuando estoy de mal humor. Al derribar esos pinos, siento como si hubiera derrotado a las personas que odio… Así me desahogo. 

Celia la miró. Parecía querer decir algo, pero su mirada se fijó en el par de anillos de plata que Estrella llevaba en el cuello. No parecían un par de anillos de compromiso, ya que eran del mismo tamaño. 

Estrella, al notar su mirada, tocó instintivamente los anillos y los escondió dentro de su camiseta. 

-Creo que combinan muy bien con el estilo -dijo con una sonrisa forzada. 

Celia no insistió más. Podía ver que estos anillos tenían un significado especial para ella. 

Se separaron al mediodía. Cuando Celia regresó a su apartamento, se encontró con que el vecino de al lado se estaba mudando. El personal de mudanzas entraba y salía con muebles. 

Por curiosidad, echó un vistazo al apartamento y, para su sorpresa, el nuevo vecino resultó ser Nicolás. Él también pareció sorprendido al verla, pero de inmediato recuperó la compostura. 

-¿Tú también vives aquí? 

-Sí, qué coincidencia – respondió Celia, algo avergonzada. Luego, pensándolo mejor, le preguntó –: Pero, ya tienes casa en Rivale, ¿no? ¿Por qué te mudas…? 

-¿Mi abuelo no te dijo que casi nunca vivo con ellos? 

Celia sonrió sin decir nada. De hecho, ni siquiera le había mencionado su existencia… 

-Tu entrada está un poco sucia. Deberías limpiarla -dijo Nicolás antes de dar media vuelta y entrar a su propio apartamento. 

Celia míró hacia abajo. ¡Solo había un poco de polvo! Incluso era difícil de notar si no lo observaba de cerca… ¿Las personas maníacas de la limpieza siempre eran tan… meticulosas…? 

Al entrar a su apartamento y quitarse los zapatos, su celular sonó. Era una llamada de un número desconocido. Dudó un momento antes de responder. 

-Hola. 

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Capitulo 236 

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-Señora, soy yo. 

Esa voz… Celia entrecerró los ojos. 

-¿Eres Nicole? -preguntó confundida. 

-Si. Es que… el jefe tuvo un accidente de camino a casa. ¿Podría… venir a verlo? -tartamudeó ella. 

Celia se quedó en blanco por un segundo. Al recuperarse, le respondió con voz ronca: 

-Si tuvo un accidente, ¿por qué no llamas a Sira? 

Capitulo 237