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Thirst 30

Thirst 30

 

C20C30-¿EL PODRIA SER TU NOVIO? 

C30-¿EL PODRIA SER TU NOVIO? 

La habitación estaba en penumbra, iluminada solo por la cálida luz de la lámpara de dragón junto a la cama. La colcha blanca cubría a Kate y a Oliver, quienes estaban acostados y abrazados el uno al otro. Kate le acariciaba el cabello con movimientos suaves y repetitivos, sintiendo cómo poco a poco el cuerpecito de su hijo iba relajándose. Aún tenía el corazón algo acelerado, como si no pudiera sacudirse del todo el miedo que había sentido horas atrás. 

-¿Me prometes algo, mi amor? -susurró. 

Oliver alzó la cabeza, mirándola con esos ojos grandes que aún brillaban húmedos por las lágrimas del día. 

-¿Qué? 

—Que no vas a escaparte nunca más del colegio. Ni de ningún otro lugar. Me asustaste mucho, Oli… muchísimo. 

El niño se mordió el labio y bajó la mirada. 

-Perdón, mami… 

Kate lo tomó del mentón y lo hizo mirarla otra vez. 

No estoy enojada, solo necesito que me prometas que no lo vas a volver a hacer. 

El niño asintió y la abrazó con más fuerza. 

-Lo prometo. 

Kate sonrió, al escuchar su promesa y lo besó en la mejilla. 

-Ese es mi bebé… 

Él soltó una risita suave y se acomodó mejor en su abrazo. Pero su mente no estaba del todo tranquila. Cerró los ojos y la imagen d Grayson apareció de nuevo y después la de Sienna. 

Frunció el ceño sin abrir los ojos, sintiendo el enojo burbujearle en la panza. 

«Papá es un tonto…>> pensó «Es un tonto por querer estar con esa mujer mala en vez de con mi mamá. Ni siquiera sonríe bonito. 

Mamá sí es bonita. Mamá es la mejor>> 2 

Entonces, ese pensamiento se enredó con otro. Si su papá tenía una novia, ¿por qué su mamá no? 

Recordó a Ethan. El hombre que le sonrió lo trató bien y dijo que haría cualquier cosa por su madre. Lo pensó un momento más y 

luego, sin mirar a Kate, preguntó con voz queda, como quien no quiere parecer muy curioso: 

-Mami… Ese amigo tuyo… 

C30- ¿EL PODRIA SER TU NOVIOP 

Kate entrecerró los ojos y ladeó un poco la cabeza. 

-¿Ethan? 

Oliver asintió, jugueteando con un hilo suelto de la sábana y ella se irguió un poco, curiosa. 

-¿Qué pasa con él? 

Oliver la miró de reojo y como si estuviera pensando algo muy importante. 

-¿Te gusta, mamá? ¿Crees que él… podría ser tu novio? 

Kate se quedó completamente quieta. La pregunta la tomó por sorpresa, al punto que se le escapó una pequeña risa nerviosa. Lo 

miró, boquiabierta, sin saber si reír o preguntar si lo había escuchado bien. 1 

Mientras tanto, en otra parte de la ciudad, Grayson ya se había preparado para dormir, llevaba solo unos pantalones de algodón 

oscuros y caminó hacia la cocina para dejar el vaso medio vacío de whisky. Apagó una lámpara y estaba listo para sumergirse por 

fin en la oscuridad de su cuarto y, quizás, con suerte, dormir. 

Pero justo cuando iba a su habitación, el timbre sonó. Se acercó despacio y miró la pantalla de seguridad del panel digital junto a la 

entrada, y sus sienes se fruncieron al instante. 

Era Sienna. 

Se quedó quieto un segundo y luego presionó el botón de apertura y giró la cerradura. 

-¿Sienna? -dijo con tono bajo y contenido. ¿Qué haces aquí? 

Ella sonrió como si no fuera tan raro lo que estaba haciendo. Llevaba una gabardina negra, el cabello suelto y los labios rojos. 

—Hola, Gray… —susurró, con esa voz suave que sabía usar cuando quería parecer inofensiva—. ¿Me dejas pasar? 

Grayson no respondió de inmediato. La miró en silencio, como si aún estuviera decidiendo si abrirle la puerta o cerrarla en su cara. Pero algo en él cedió, con un suspiro silencioso, se hizo a un lado y Sienna entró como si la casa fuera en parte suya. 

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