Capitulo 27
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Capítulo 27
Era raro que Diego tomara la iniciativa de abordar un tema.
Probablemente, había visto el auto de Alejandro.
Esta pregunta entre una pareja normal podría entenderse como un pequeño toque de celos, incluso podría añadir diversión a la relación. Lástima que ellos no eran eso.
Si tenía que ver con Alejandro, entonces era por Alejandro como persona. Porque a los ojos de Diego, Alejandro, ese hermano que solo era un mes mayor que él, era una existencia tabú, prohibida.
Durante varios años Alejandro había estado en el extranjero, y Diego no había tenido oportunidad de mencionarlo, pero en las cenas familiares, Sofía había entendido algunas razones por lo que decía Fernando, el padre de Diego.
Su padre solía compararlos constantemente. En las palabras de Fernando, se notaba que prefería al hijo mayor.
Hacía tres años, Diego había asumido la presidencia del Grupo Empresarial Villarreal y había logrado buenos resultados, pero
Fernando seguía creyendo que no se comparaba con Alejandro.
Con la posición y estatus actual de Diego, Fernando no le daba ni la cortesía básica, así que, de niño, Diego seguramente había
escuchado muchas más palabras sobre cómo no se comparaba con su hermano.
Diego además era muy competitivo, esta cuenta pendiente con Alejandro tenía un resentimiento de mucho tiempo que no se podía
resolver fácilmente.
Cualquier cosa relacionada con este medio hermano lo ponía de mal humor. Por eso, si podían evitar verse, mejor, y si no fuera por
Eduardo, Diego definitivamente no iría a la casa ancestral.
Sofía respondió honestamente:
-No lo conozco bien.
Diego sabía que era imposible que se conocieran bien.
Solo preguntaba porque tenía que ver con Alejandro, y él no tenía nada que ver con Sofía.
***
Pronto llegaron a la casa ancestral de los Villarreal.
Sofía y Diego bajaron del auto juntos. Antes ella aprovechaba las visitas al abuelo para tomarlo del brazo. Aunque a Diego no le gustaba la cercanía con ella, por respeto al abuelo, cooperaba.
Sofía valoraba mucho esos momentos, pero esta vez solo había ido solo para actuar frente al abuelo antes de obtener el certificado de divorcio, ya no tenía esos pensamientos del pasado.
Caminó hacia adelante, incluso más rápido que Diego.
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Capitulo 27
Él había sabido por Lucía que Sofía ya llevaba una semana sin regresar a casa, y tampoco había contactado a Lucía.
Había roto el récord de todos sus tiempos anteriores fuera de casa. Sus acciones también eran diferentes a las usuales.
Sofía había tenido la audacia de hacer berrinche durante una semana completa, algo que Diego no había anticipado.
པལ་་པཔ
Él sabía la razón por la que Sofía actuaba así, pero eso no significaba que la fuera a consentir, porque la idea de consentirla nunca
había pasado por su mente.
Diego simplemente la siguió.
El cuerpo de los ancianos no es como el de los jóvenes, sienten más frío, así que la calefacción en el salón principal de la casa
estaba muy alta.
En cuanto Sofía entró a la casa, sus manos y pies congelados comenzaron a calentarse gradualmente, entonces, se quitó el abrigo.
Cuando la empleada recibió la ropa, accidentalmente tocó su mano.
-Señora joven, sus manos están heladas…
-No importa, pronto se van a calentar.
La empleada decía esto esperando que el joven señor se preocupara por Sofía, aunque fuera para calentarle las manos un poco, pero Diego no tuvo ninguna reacción.
La empleada suspiró y continuó con su trabajo.
Diego estaba justo detrás de Sofía, mientras ella hablaba con la empleada, él vio el anillo de bodas que llevaba en el dedo anular.
Se lo había puesto después de todo. Sofía realmente sabía cómo aparentar.
En realidad, él esperaba que ella fuera más extrema, y que de verdad se divorciara de él, que hiciera que toda la familia se enterara,
incluso que insistiera en divorciarse sin importar la persuasión del abuelo. Todo para impresionarlo por una vez.
Lástima que Sofía solo hacía berrinches dentro de la zona segura de “gestión de riesgos”. Todo lo que hacía era superficial. Sofía
notó la mirada de Diego y curvó un poco la mano izquierda.
Lo que llevaba era el anillo de amigas que le había regalado Carmen, ya que había decidido venir, tenía que actuar completamente,
de lo contrario si se daban cuenta, tendría que pensar en otra explicación de por qué no llevaba el anillo de bodas.
Cada vez que venían a ver al abuelo, Diego también se ponía su anillo de bodas.
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