Capítulo 13
Al escuchar la palabra “embarazada”, a Sofía se le cortó la respiración.
El aborto espontáneo había sido lo más doloroso de sus tres años de matrimonio sin amor, ni siquiera se lo había contado a Carmen, quería que lo supiera la menor cantidad de gente posible.
Isabella de la nada había tocado su herida más profunda, las manos de Sofía temblaron
ligeramente.
Isabella no se fijó en nada de eso.
-Pero te conozco perfectamente, si estuvieras embarazada querrías que todo el mundo se enterara, con un hijo podrías asegurar tu lugar como señora Villarreal, si de verdad estuvieras embarazada, no podrías ocultarlo ni por un segundo. 1
Antes, Isabella la había humillado muchas veces por no poder tener hijos.
Sofía se había aguantado todo, porque ella también quería un hijo. Ahora ya no podía más.
—Ya que tanto sabes, ¿para qué preguntas? Hazte a un lado.
—¿Te dolió? Si supieras que Diego le está celebrando el cumpleaños a Valentina, te darían ganas de morirte.
Isabella había crecido siendo la niña mimada de Diego, no quería que otras mujeres le quitaran a su hermano, pero si tenía que aceptar una cuñada, Valentina era mil veces mejor que Sofía.
Además de venir de buena familia, era un genio de la tecnología, tenía dinero, belleza y talento, era súper impresionante.
Y no solo eso, Valentina tenía muchos hobbies, carreras de autos, escalada, esquí, surf… no había nada que no supiera hacer.
A Isabella le gustaba vivir sin límites, el talento de Valentina no solo les gustaba a los
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aquitos,
ella.
todos sus pasatiempo
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Hace tres años cuando Valentina se fue al extranjero, fue para perseguir su carrera.
Para Isabella, solo una mujer exitosa como Valentina que fuera excelente en todo podía estar a la altura de Diego. Sofía solo sabía cocinar, ¿en qué se diferenciaba de una empleada doméstica? ¿Con qué se iba a comparar con Valentina?
Por suerte, Diego trataba a Sofía igual que ella, nunca la había tomado en serio, en esos años de matrimonio Isabella nunca había visto que su hermano le celebrara el cumpleaños a
Sofía.
Comparado con la sorpresa que su hermano había preparado para Valentina, toda la decoración del cumpleaños, el regalo que hizo él mismo, incluso había invitado a toda la gente importante de Puerto Azul, se notaba lo mucho que se había esforzado.
¡Desde que Isabella creció, nunca había recibido un regalo hecho a mano por Diego!
Sofía se dio cuenta de que Isabella simplemente estaba aburrida y había dio a molestarla, no
tenía nada que hablar con ella.
Con mala cara, trató de rodearla para irse, pero Isabella la agarró de la muñeca.
Suéltame —Esa niña consentida ya no tenía límites.
Isabella no esperaba que Sofía aguantara tanto, dejó de fingir.
-Viniste a traerle dinero a tu hermano ¿no?
Los ojos de Sofía se abrieron como platos. Isabella se rio como si su broma hubiera salido
perfecta.
-Te vi desde hace rato, cuando te pregunté qué hacías en el hospital solo te estaba fastidiando, no te vayas a enojar.
Claro que
había ido a propósito para humillarla.
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Capitulo 13
Isabella no entendía por qué Sofía la miraba tan fríamente.
-Gastando el dinero de los Villarreal, ¿y todavía me pones esa cara?
Sofía le contestó secamente: -Es mi dinero.
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Isabella no le creyó. -Tú, una muerta de hambre, que vives de lo que te da mi hermano, ¿de dónde vas a sacar dinero? ¿De tu trabajito de secretaria? Por favor.
Luego se encogió de hombros como si nada. —Que le saques dinero a Diego para mantener a tu familia, lo puedo pasar por alto, al fin y al cabo todas las familias tienen parientes pobres, de vez en cuando pedir dinero se entiende, son unos pesos, no es como si los Villarreal no se lo pudieran permitir, pero que no se repita, porque si no le voy a contar a Diego.
Sofía se molestó.
Isabella sabía que amenazarla con su hermano siempre funcionaba, era su as bajo la manga.
Por cómo se veía Isabella, ya estaba esperando que, como siempre, Sofía le rogara y le pidiera perdón.
–
Sofía ya no iba a hacer eso nunca más, se soltó de su agarre y le dijo sin emoción: Te estás
haciendo ilusiones, tu hermano y yo ya no somos nada…
-Ja -Isabella se rio a carcajadas—. ¿Quién no sabe que eres una pesada? Si de verdad puedes dejar a Diego, te doy mil dólares.
Cuando escuchó eso, Sofía se tranquilizó.
Ya se había divorciado de Diego, lo que pensaran los Villarreal de ella ya no tenía
importancia.
Seguir peleando con ellos para defenderse solo la iba a desgastar, metiéndose en problemas
sin sentido.
Además, con un par de frases no iba a cambiar lo que otros pensaban de ella.
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