Amor 9

Capitulo 9 

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Capítulo 9 

Esta posibilidad era inaceptable para Ramón. 

Le dolía mucho la cabeza, volvió a hacer una llamada: -Investiga el lugar donde Lidia filmó su primer 

anuncio hace siete años. 

Mientras esperaba, recordó muchas cosas más. 

Recordó los apasionados intentos de conquista de Lidia hace tres años. En aquel entonces, ella era tan atrevida y radiante, le declaró su amor sin rodeos, diciendo que le gustaba y quería estar con él. 

En la vida de Ramón nunca había aparecido ninguna chica como ella: franca, pura y sincera. 

Apenas podía contener el instinto de acercarse a ella. 

Cuando estaba con ella, se calmaba de manera extraña, ya no tenía irritabilidad ni ansiedad. 

Lidia era como un agua cristalina que calmaba todo en él. 

Pero luego, Serena regresó. 

Ramón solía encontrarse con frecuencia a Lidia “acosándola”, así que él protegía a Serena 

instintivamente y, sin darse cuenta de que se había distanciado de Lidia. 

Por fin Ramón se dio cuenta de eso en este momento. 

Parecía que en este período de tiempo realmente había considerado a Serena más importante que Lidia, pero… no era así, no importaba qué relación hubiera tenido antes con Serena. 

Ahora, ella solo era la viuda de su hermano. 

Lidia era su prometida. 

Al comprender esto, Ramón se sintió muy arrepentido. 

No se atrevía a pensar en lo que había hecho como si estuviera poseído para lastimar a Lidia durante 

este tiempo. 

En ese momento, alguien llamó a la puerta del estudio, interrumpiendo sus pensamientos. 

-Ramón, veo que no te sientes bien. Te preparé un poco de sopa, tómala caliente -, dijo Serena 

cojeando mientras entraba con un tazón. 

Sin embargo, Ramón permaneció sentado sin moverse. 

Hasta que Serena colocó el tazón en la mesa frente a él y se acercó, extendiendo sus brazos para 

abrazarlo. 

Ramón agarró su brazo y la apartó hacia atrás, diciendo con una voz indiferente: -No te acerques por 

ahora. 

Serena se quedó sorprendida: -Ramón… 

Antes de que terminara, Ramón la interrumpió directamente preguntando: -Hace siete años, ¿de veras fuiste tú quien me salvó? 

Serena cambió rápidamente su expresión sin mostrar ninguna anomalía: ¿Por qué mencionas esto de repente? Todavía recuerdo cómo estabas cubierto de sangre en ese momento. Llamé a la ambulancia y 

te llevé al hospital. 

Su expresión no parecía estar mintiendo. 

Ramón volvió a sumirse en la indecisión. 

Serena dijo: -Entonces salgo primero. 

El teléfono de Ramón vibró en ese momento, él lo abrió rápidamente y vio la respuesta que le hizo 

estremecer el corazón. 

El lugar donde Lidia filmó el anuncio hace siete años… de verdad estaba cerca del sitio donde él se 

desmayó. 

-¡Espera! -Le gritó a Serena. 

-Me mentiste, ¿verdad? -Su expresión era inescrutable, pero la furia que emanaba de él era evidente. 

Serena mostró un atisbo de pánico en los ojos. 

Ella de verdad no lo había salvado. 

Aquel día hace siete años, simplemente pasaba por allí y, al ver la vestimenta y el porte de Ramón, supo 

al instante que no era una persona común. Así que aprovechó esa oportunidad para cambiar su destino. 

Cuando Lidia estaba a punto de subir a Ramón a la ambulancia, ella se acercó y dijo que era su familiar. 

Así que, Lidia lo dejó a su cuidado con tranquilidad. 

Así lo engañó por siete años. 

Serena intentó seguir engañándolo: -¿Cómo es posible? ¿Cómo podría mentirte, Ramón? ¿Acaso ya no 

confías en mí? 

En ese momento, alguien llamó a la puerta del estudio. 

La sirvienta que estaba ordenando la casa sostenía un celular: -Señor, encontré esto debajo de la cama en la habitación de su hermano mientras limpiaba. 

Este es el celular de su hermano, no es de extrañar que no lo encontraron cuando recogieron sus pertenencias. 

Ramón lo tomó. 

Después de desbloquearlo, lo primero que hizo fue abrir la aplicación de mensajería. Allí vio un mensaje 

que su hermano no logró enviar. 

-Ramón, sé que tú y Serena tienen un pasado, pero quiero decirte que ella no es tan inocente como crees. Desde el principio se acercó a mí con intenciones ocultas, me drogó y me obligó a asumir responsabilidades. Cuando supo que eras mi hermano, comenzó a buscar oportunidades para acercarse a ti. Incluso la vi varias veces haciendo daño a Lidia, quien sufrió mucho por su culpa. No me queda mucho tiempo de vida, solo espero que no caigas en sus… 

El mensaje terminaba abruptamente aquí. 

Su hermano intentó advertirle antes de morir, pero lamentablemente… lo descubrió demasiado tarde. 

-Ramón, ¿qué has visto? 

Serena le preguntó con incredulidad y nerviosismo. 

Ramón no le respondió, solo envió un mensaje y pronto unas personas vinieron a llevarse a Serena. 

Ramón tenía la cara tan fría como el hielo: -Encierrenla en su habitación, no la dejen salir sin mi permiso. 

Serena gritó con pánico. 

Ramón no le hizo ni caso. 

Se presionó el entrecejo, donde sentía un latido intenso. 

Finalmente, el asistente terminó de investigar y llegó con noticias: -Gerente Castillo, descubrimos a 

dónde viajó la señorita Lidia. Además, hay algo más que quizá quiera saber. 

-Dime. 

-La señorita Lidia está embarazada. 

Ramón levantó la cabeza bruscamente. 

Permaneció aturdido durante mucho tiempo, luego dijo con la voz temblorosa. 

-Resérvame el vuelo más cercano, voy a traerla a casa.