Capítulo 73
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Capítulo 73
En el pasillo de la clínica, Sira le envió a Celia una foto de con Óscar, acompañada de un mensaje provocador.
“Celia, César está con nosotros. No irá a verte. No pierdas más tiempo esperándolo.”
Ella no le respondió, pero a Sira no le importó. Al menos su plan había funcionado y había logrado su objetivo:
retener a César.
De pronto, escuchó unos sonidos. La puerta de la habitación se abrió. Sira guardó el celular y se le acercó a César con una sonrisa.
-¿Óscar sigue durmiendo? -le preguntó.
-Sí. Quédate con él. Tengo asuntos pendientes. -le dijo en tono neutro.
La sonrisa de Sira se desvaneció al instante. Antes de que pudiera irse, lo tomó del brazo.
-¡César!
Sabía adónde iría, y eso la inquietó. Había regresado del extranjero después de seis años, pero aún no había recuperado su lugar en la vida de él, tampoco había obtenido lo que quería. No permitiría que otra mujer se lo quitara.
César se volvió a mirarla, confundido.
-¿Qué ocurre?
-Me preocupa que Osqui se asuste si despierta y no te encuentra. ¿Podrías esperar a que despierte? —le rogó.
Quería retenerlo, eso era todo.
César la miró con intensidad, como si pudiera leer su intención a través de sus mentiras.
-Ya te dije que no puedo poner a Óscar por encima de todo. Tengo mis propios asuntos.
-¡Hazlo por mí! Solo quiero que te quedes un poco más… —le suplicó, con lágrimas en los ojos.
Al verla llorar, César sintió una mezcla de sentimientos. De hecho, se sentía culpable por ella. Si no hubiera sido por la interferencia de Valeria años atrás, Sira no habría sido vendida por sus padres a otro hombre, ni habría tenido que criar a Óscar sola. Ella había sido la mujer que había amado más de diez años, pero su vida terminó así por su culpa… El arrepentimiento lo torturó.
Pero… ¿Era solo culpa lo que sentía? ¿O quedaba aún algún rastro de amor?
-César, volvamos a cómo éramos antes, ¿de cuerdo? -le rogó, abrazándolo e intentando recordarle los momentos hermosos del pasado-. Como los días en que siempre estabas a mi lado sin importar lo que pasara. No quiero perderte de nuevo…
Él permaneció rígido. Esa mujer había sido su obsesión durante años. Pero ahora, al recordar esos momentos, su corazón permanecía extrañamente en calma. Tras un largo silencio, la separó con suavidad.
-Sira, el pasado ya pasó. Seguiré ayudándote como amigo, pero nada más.
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Capítulo 73
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Ella se quedó paralizada, mirándolo marcharse con una mezcla de incredulidad, rabia y resentimiento. Sabía que los sentimientos de César hacia ella habían cambiado, pero ahora entendía la verdad: su amor no se había desvanecido, se había dirigido hacia otra mujer… (1)
***
Celia se quedó con los Sánchez hasta las seis de la tarde. De no ser por la protección constante de Carlos, no habría aguantado tanto tiempo.
Al despedirla en la puerta, su hermano, que era hablador en general, estaba inusualmente callado y distraído.
Ella se detuvo en el jardín y se dio la vuelta para mirarlo, creyendo que él estaba molesto por lo sucedido hoy. Se disculpó con él.
-Lo siento. Hoy era tu cumpleaños y lo arruiné. El año que viene, te compensaré.
-Celia… -la llamó.
Confundida, le respondió:
-¿sí?
Carlos tragó saliva, incapaz de decir lo que pensaba.
Afuera del patio, un Rolls-Royce negro con placa LC1111 la estaba esperando.
Al verlo bajar del auto, Carlos no sintió ni un poco de alegría. En el pasado, habría corrido a saludarlo.
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